La cabeza de Assange

Rodrigo Santillán Peralbo

Durante seis años, la actual asambleísta socialcristiana Paola Vintimilla, jamás se refirió a Julián Assange que permanece asilado en la Embajada del Ecuador en Londres. Sólo después de su viaje a Estados Unidos y de recibir a la delegación de congresistas estadounidenses el 20 de septiembre pasado, comenzó a exigir que se retire la nacionalidad ecuatoriana a Assange, que se le entregue a la justicia británica y hasta solicitó a la Contraloría que audite los gastos del asilo.

¿Por qué la asambleísta Vintimilla de pronto sintió tanto odio por el fundador de Wikileaks que reveló los sucios secretos del imperio? ¿Que pida la cabeza de Assange o que exija se le retire la nacionalidad ecuatoriana otorgada el 12 de diciembre de 2017 “porque aparentemente no tendría la calidad de asilado”?

¿Es mera coincidencia su preocupación por Assange, surgida después de que la delegación de congresistas estadounidenses presidida por el senador Ed Royce visitara la Asamblea Nacional? P. Vintimilla pertenece al Grupo de amistad con Estados Unidos, como los asambleístas Flores y Donoso.

En esa reunión, la senadora Norma Torres pidió que Assange ya no cuente con la ciudadanía ecuatoriana. “Este es un tema importante para Estados Unidos”, añadió. En ese sentido se pronunció el senador Terry Sewell al decir: “El tema de Julián Assange es importante para nosotros”. Luego, la asambleísta Vintimilla atacó a Assange, lo mismo que la derecha política-económica.

La naturalización de Assange es legal. Tiene derechos irrenunciables. No puede ser extraditado a Estados Unidos en donde quizá le espere pena de muerte. ¿El presidente Moreno querrá sobre su conciencia esa condena, igual que el acucioso Canciller, según extensa carta dirigida a Vintimilla y Presidenta de la Asamblea?

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