Je ne suis pas Charles Ochoa

A veces pienso que pecamos de bravos e iracundos quienes usamos el lenguaje y nuestro espacio en la opinión pública para referirnos a personas que no merecen la más mínima atención por parte de cerebros libres.


El lenguaje sirve para mucho más. De hecho, el periodismo sirve para mucho más. No es la primera vez que un grupo de descalificados toma el poder de algunos países para enriquecerse, prostituir las leyes, gastar el dinero del fisco y destruir el sistema judicial. A un punto tan alto de desprecio a la razón llegó la satrapía que no han tenido reparo en condenar a Leopoldo López a casi 14 años de prisión.


No me cansaré de decirlo: los hombres libres por excelencia son los que padecen la historia, pero también los que la construyen. Que lección de coherencia, valentía y dignidad nos ha dado Martín Pallares. En efecto: la opción que le ofreció El Comercio no era opción, le pidieron que deje de ser Martín Pallares y un admirador de la música poderosa de Gustav Mahler no puede dejar de ser quien es.


Los hombres libres, como Leopoldo López, a veces están presos. Pero en su celda son más libres que cualquier sátrapa, su conciencia es luminosa y su ejemplo es tan estruendoso que, pese al horror, con el tiempo liberan a sus países.


Por eso creo que vale la pena escribir sobre los descalificados que en realidad no merecerían que nos detengamos a pensar en ellos y peor aún a dedicarles unas líneas. Esta escritura les recuerda que no dominan todos los espacios, que de hecho cada vez están más solos y que no falta mucho para que pierdan esos pírricos espacios de poder, que hoy les obsesionan.


Uno de ellos acaba de sancionar a La Hora por no concederle a su triste organismo una réplica por un anuncio publicitario. Otro de esos, inició el proceso para disolver Fundamedios, en un acto de onanismo que provoca asco e indignación. Yo les digo que aprovechen estos días en que todavía escribimos sobre ellos, ya que más temprano que tarde Charles Ochoa no existirá nunca más, por los siglos de los siglos, en la opinión pública.


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