El coronavirus ha destapado al sistema capitalista neoliberal de profundas desigualdades económicas, sociales, políticas y culturales: niños que mueren de hambre en África, Medio Oriente, algunas regiones de Asia, América Latina, Norteamérica y Europa con migrantes despreciados. Niños mueren asesinados en guerras fratricidas. La opulencia de unos cuantos es una bofetada en la miseria de las inmensas mayorías de la tierra. Esto debe transformarse radicalmente.
Cambiar para “fomentar la unión, coordinación y movilización de activistas, asociaciones, sindicatos, movimientos sociales y partidos en defensa de la democracia, la solidaridad, la igualdad y la sostenibilidad,” expresan decenas de intelectuales de todas las latitudes que, junto a Noam Chomsky, Yannis Varoufakis, Naomi Klein, Fernando Haddad, decidieron crear una Internacional Progresista que luche por la humanidad que merece vivir con dignidad, sin que la empañe la pobreza.
La Internacional Progresista (IP) celebrará un Congreso Mundial para definir sus actividades, conjuntamente con el Instituto Sanders, para detener “el avance del autoritarismo”. Los impulsores del movimiento afirman que “la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y la subsiguiente crisis económica, hacen obligatorio que las fuerzas progresistas del mundo se unan para defender y sostener un Estado de bienestar, los derechos laborales y la cooperación entre países, además de consolidar un mundo más democrático, igualitario, ecologista, pacífico y en el que prime la economía colaborativa”.
La IP actuará en tres planos: motivar la movilización social, incentivar la reflexión intelectual y promover la difusión de nuevas ideas progresistas a través de una red de medios de comunicación.