Ilegítima legalidad

Manuel Castro Murillo

Uno de los daños que ha hecho al país el correísmo ha sido imponer el actual sistema de administración de justicia, pues su ejecución ha quedado al arbitrio del gobierno y de los administradores de justicia (jueces, fiscales, tribunales). La razón es que el socialismo del siglo XXI parte del supuesto neoconstitucionalismo que establece en nuestra Constitución Política que “Ecuador es un Estado constitucional de derechos y justicia”, no un Estado de Derecho (firme y estricta aplicación de la ley ).

Legalidad ilegítima con lo cual el Estado y los jueces pueden hacer lo que les venga en gana porque a su arbitrio aplicarán los derechos, más allá de lo que estuviere escrito en las leyes. El Presidente del Consejo de la Judicatura con argumentos neo constitucionales sostiene que sus actuaciones han sido totalmente legales, así haya destituido jueces a su arbitrio y dado órdenes a otros jueces, a pesar de que sus funciones son administrativas.

Parten estos funcionarios totalitarios de que lo social está sobre el sistema jurídico, siendo esta la causa de abusos y crímenes (hoy lo vemos en Nicaragua, Venezuela, Cuba; ayer Stalin asesinó a millones de sus conciudadanos que disintieron de su política). Cierto que muchos callaron y silenciaron tales crímenes porque entendían que la causa era alcanzar una supuesta igualdad, que terminó en un gran fiasco.

Balzac afirma: “La igualdad tal vez sea un derecho; pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho”. Al contrario de muchos países, Ecuador carece de una Corte Suprema de Justicia, pues la actual Corte Nacional está supeditada a que, en aplicación de ciertos “derechos”, sus resoluciones sean revisadas por la sin control Corte Constitucional, herencia nefasta del correísmo.

Debemos también hacer retroceder a la injusticia terrorista, hija adoptiva del populismo socialista. Como dice Pedro Arrupe: “Se deben multiplicar grupos selectos, debidamente coordinados, que orienten su vida a morir simplemente amando, y no dispuestos a matar por la justicia del mundo ni a morir matando por el mismo fin”.

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