Guatemala y el agujero

Mariana Velasco

Una declaración del Departamento de Estado norteamericano, envió al tacho de basura el derroche de fortaleza militar y policial que rodeó al presidente Jimmy Morales, quien anunció que no renovará el mandato de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala. Washington a partir del próximo año iniciará discusiones para replantear una Comisión Internacional contra la Impunidad, algo que no necesariamente implica un diseño del Departamento.

Guatemala está en crisis, se ahondó la división entre hombres, mujeres, civiles, militares, católicos y no católicos, alfabetos , analfabetos, citadinos, rurales, indígenas interesados o no en la política, simpatizantes o adversarios de él y su presidencia, militares molestos o tranquilos por la forma cómo actúa con el ejército y el campo religioso.

El Presidente guatemalteco cobra conciencia de que el agujero que excavó cuando intentó expulsar al comisionado Iván Velásquez, es más profundo. Sabe que complicó más su propia situación porque están a las puertas de enfrentar señalamientos más serios. Se vislumbra una batalla: un corrupto régimen (violación de Derechos Humanos, evasión fiscal, cooptación del Estado, financiamiento ilícito) que se resiste a morir y uno nuevo apegado a la legalidad e institucionalidad.

La voluntad de someterse al Estado de Derecho para sanear las instituciones públicas al parecer existe, pero los beneficiarios de la corrupción e impunidad impiden ubicarse en el lado correcto de la historia. Una nueva fuerza social busca consolidarse y trabajar por un país donde brillen justicia, solidaridad y libertad. Los guatemaltecos no volverán a ser engañados ni sometidos. Aprendieron que la cultura de la legalidad es el medio para exterminar la corrupción de raíz.

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