Gente escogida y honesta al parlamento

El próximo febrero los ecuatorianos deberán ir a las urnas para designar Presidente y Vicepresidente de la República, legisladores a la Asamblea Nacional y gobiernos parroquiales de toda la nación; por el dudoso comportamiento de la mayoría del primer poder del Estado, este cuerpo merece ser escogitado con delicada seriedad por los ciudadanos electores.

Los miembros de la Legislatura, a lo largo de la historia, supieron comportarse con elevado patriotismo y muy pocos fueron calificados como incorrectos en el desempeño de sus tareas. En el período que fenece en mayo venidero, son pocos los que pueden lucir el calificativo de “honorables” que les había reconocido en el pasado, con sobra de méritos, en la mayoría de los examinados. El honroso calificativo, ahora se confiere a muy pocos y es por ello que los críticos insinúan que se proceda con cautela y se investigue las virtudes de los futuros asambleístas para conferirles la alta designación. Debería exigirse –según opinión de los entendidos- una hoja de vida de virtudes y defectos de los aspirantes al Parlamento y un trabajo de investigación estricta sobre su comportamiento durante el tiempo que va a permanecer en ejercicio de sus funciones. En la provincia de Esmeraldas los legisladores, con las excepciones que confirman la regla, han tenido comportamientos aceptables y han sido contados los que se han enriquecido ilegalmente en congresos o asambleas.

Los votantes deben medir con detenimiento los atributos de sus escogidos para que sus derechos de recibir obras requeridas a cambio de sus votos y obtener así que esta provincia, con la ciudad más antigua del Ecuador, consiga las obras que no ha logrado en sus casi 400 años de erección. Esmeraldas requiere carreteras de primer orden para conectar su capital con las zonas agrícolas desatendidas que posee en alto grado. Los balnearios de mar y de agua dulce, deben ser bien dotados como son aquellos de países más avanzados de todas partes. La educación básica requiere un refuerzo sustancial, para que la enseñanza-aprendizaje sostenga de mejor manera al nivel medio y superior, requerimos atención más cualificada para frenar la delincuencia general y de modo particular el expendio y consumo de drogas prohibidas. La capital debe estar dotada de arborización requerida para morigerar el clima tanto en verano como en invierno. Requerimos más espacios para el deporte, provechosos para la sana diversión.

Gente con decisión para exigir las obras que nos hacen falta y promover la práctica del deporte y la cultura es tarea que deben asumir nuestros futuros legisladores, a los cuales debemos exigir el cumplimiento de nuestras aspiraciones, o exigir su renuncia cuando no satisfagan el compromiso adquirido con el pueblo que los escogió.

Edgar Quiñones Sevilla

[email protected]