Fallar a la juventud

Años antes de la pandemia, la economía venía mostrando las grietas causadas por años de abuso, despilfarro y falta de previsión. El desempleo que agobia al Ecuador hoy, y que en mayor proporción golpea a los jóvenes, se debe a problemas estructurales tanto como a la crisis causada por la paralización y el confinamiento del Covid-19.

Hasta 2013, el Estado gozaba de los réditos de años de bonanza petrolera, deuda barata y boyantes mercados internacionales. Junto con el despilfarro, el lleve y la política populista, durante el gobierno de Rafael Correa, que se había convertido en el mayor empleador del país, el sector público ocupaba los servicios del 60% de los jóvenes ecuatorianos.

Sin ocuparse de crear industria y producción nacional, de fortalecer al sector privado, o de impulsar el emprendimiento (con costos y tramitología racionales), cuando a partir de 2014 al régimen populista se le empezó a agotar ‘la gasolina’, fueron los jóvenes los primeros en perder sus empleos.

En la pospandemia, una reforma laboral que incentive la absorción de los jóvenes al mercado, o facilidades tributarias para el empresariado podrían ser soluciones reales en el corto plazo. Y sólo el capital político de un flamante gobierno con un apoyo sólido lograría lo más urgente, pero que nadie ha intentado: restructurar el sistema de pensiones del IESS y saldar la cuenta con la institución.

Sin una reforma profunda, los jóvenes entre 18 y 22 años que hoy tendrían que entrar al mercado laboral se quedarán sin pensiones jubilares. Y, así como van las cosas, IESS también les fallará.

Solo pocos en cada generación entenderán la real envergadura del ser humano, los demás la traicionarán.”

Ayn Rand (1905-1982) Filósofa y novelista; Rusia.

Solo aquel que ha sentido el extremo infortunio es capaz de sentir la máxima felicidad.”

Alejandro Dumas (1802-1870) Novelista y dramaturgo; Francia.