Entre la coyuntura y la estructura

Jaime Vintimilla

Con conocimiento de causa, pues trabajar durante 10 años en los cantones Eloy Alfaro y San Lorenzo, nos ha brindado la posibilidad de tratar de entender la compleja realidad sociopolítica, intercultural y plurinacional de una franja de la frontera norte.

Desde hace 15 años se advertía que, en esta zona y en otras provincias aledañas, los efectos del conflicto colombiano eran más visibles, pues constituía uno de los “puntos claves de las rutas del narcotráfico, paramilitares e insurgentes”. Era palpable y no solamente una mera percepción la inseguridad donde la violencia mostraba su impacto inmisericorde frente a la falta de desarrollo regional que en la actualidad poco ha cambiado.

Para recuperar la convivencia y la diversidad resulta importante colmar los vacíos dejados por los actores que entregaron las armas y que hoy se disputan entre los disidentes hostiles de las FARC y distintos grupos de narcotraficantes. En este sentido, “la seguridad en la frontera norte debe ser abordada de forma integral”, donde tiene que existir necesaria coordinación y cooperación entre las fuerzas armadas y la policía nacional sin dejar de lado la comunicación con los habitantes, comunidades y pueblos, en especial urgen decisiones políticas que impliquen combatir la desatención y el abandono.

De nada servirán los estados de excepción y los controles reactivos sin que se tenga un sistema ordenado de registro migratorio fronterizo que respete la Constitución, así como también deben emprenderse programas locales para atender la salud, la educación, la inversión, la infraestructura productiva promoviendo siempre la participación ciudadana, el fortalecimiento de las instituciones y el mejoramiento de la calidad de vida de todos los ciudadanos.

Si este conflicto estructural se maneja exclusivamente desde la defensa es muy factible que se expanda e incluya a otros actores, corriéndose además el riesgo de obtener un mayor escalamiento que bien podría culminar en una perpetuación.

Para una transformación de esta situación difícil necesaria es la comprensión de los diversos protocolos de la negociación que nos distanciarán de la violencia.


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