Agustín Sánchez
La bancada oficialista de la Asamblea Nacional finalmente aprobó 15 enmiendas a la Constitución, hecho que estuvo marcado por tres aspectos que invitan al análisis. Por una parte, la inesperada abstención del asambleísta de AP Fernando Bustamante, quién manifestó que su proceder tuvo que ver con su conciencia frente al contenido de artículos objetables. Lo cual sin duda evidencia la falta de acuerdos internos en bloque gobiernista sobre la propuesta planteada, que no tuvo opción sino de aprobarse en “combo”.
Otro hecho es sin duda la atroz represión de la fuerza pública hacia ciudadanos que se oponen a la restricción de derechos previstos en las enmiendas, sus consecuencias jurídicas para el futuro del país y la falta de consulta popular para ser aprobadas, como ocurrió en el 2011 donde se sometieron a consulta temas de inferior relevancia.
Múltiples videos circulan por las redes que registran aisladas provocaciones de ciudadanos hacia la fuerza pública, repudiables por cierto, así como el impertinente operativo policial para reprimir a los protestantes. No recuerdo algo similar en protestas anteriores en el que la policía haya encimado a los protestantes con caballos, perros, tanquetas (excesivo y desproporcionado), bajo una estrategia dirigida a neutralizar líderes políticos y sociales con detenciones arbitrarias, como ocurrió con César Montúfar, quien horas después fue liberado demostrándose la injusticia a la que fue sometido, suerte con la que no corrieron el resto de detenidos quienes absurdamente fueron sentenciados en el marco de lo que determina el Art. 396 del COIP por “proferir expresiones en descrédito o deshonra en contra de otra”, causal que no aplica para beneficio de ancianos, mujeres, camarógrafos, etc., que brutalmente fueron agredidos por la policía, poniendo al descubierto un total desconocimiento del uso progresivo de la fuerza para repeler manifestaciones.
El tercer aspecto, es la soberbia característica del actual régimen que ha pasado por encima la inconformidad popular, alterando con éstos enfrentamientos la paz social, pues se anuncia otro paquete de enmiendas, y nuevamente el envío del proyecto de Ley de Plusvalía y Herencias, que ya generó reacciones similares. Vale recordar, que el poder es efímero, como muestras claras están Argentina y Venezuela que están poniendo fin al autoritarismo.