POR: Manuel Báez R.
Con una montaña tenebrosa de dificultades financieras que actualmente tiene el fisco, será sumamente difícil que se ponga en orden el tablero político para elegir a los principales mandos del ámbito nacional y las autoridades seccionales en provincias y cantones.
A esto se suma la extrema velocidad del cambio de sistema, lo que coge desprevenidos a los políticos que necesariamente contribuye a ser sensación de una especie de desvelamiento y confusión.
También el cambio social está acelerado y ejerciendo presiones adicionales sobre ciertas decisiones políticas. Todo este desbarajuste es el resultado del nefasto gobierno de Rafael Correa, que de seguir este ritmo es peligroso que suceda un derrumbamiento político y gubernamental.
Dicho de otra manera, nuestros dirigentes forzados a trabajar a través de instrucciones, se hace la acción más lenta, no pueden producir decisiones inteligentes para que así sean con rapidez que exigen los acontecimientos, pues las decisiones siempre llegan muy tarde.
Hace pocos días un distinguido ciudadano me decía que la capacidad decisoria de nuestras instituciones han tornado anticuadas las estructuras políticas actuales, con independencia de toda ideología de partidos.
Es por esto que las instituciones son inadecuadas en sus estructuras no solo en términos de tradición muy conocidos; es decir, son totalmente inadecuadas no solo en escala sino en su propia estructura.
Entonces, lo que el Gobierno tiene que hacer es cambiar urgentemente el sistema político y financiero, mientras no se haga este cambio más pronto nos iremos hacia el abismo.