El pulso electoral

El intento de jugada, de Noboa al pretender inscribirse a último momento en el CNE, abre lecturas. La más extraña, que se le ocurra pactar con un movimiento correísta cuestionado por corrupción, afín a quienes lo perjudicaron durante el correato. En su afán de regresar al poder, el ex Mandatario está tan desesperado, que pacta con quien sea, para tapar definitivamente sus fechorías y continuar con los designios del Foro de Sao Pablo.

El magro crecimiento de la candidatura de Lasso, y el espacio abierto para un empresario que sepa crear fuentes de empleo, sumado a los indecisos, puede haber jugado ahí. No obstante, el CNE parece que no acepta su postulación de último minuto, lo que resulta poco comprensible, dada la cercanía de su mayoría con el correísmo, pues Arauz saldría beneficiado.

También llama la atención, el cambio de estilo de Lasso. De tranquilo y pensante caballero, a utilizar lenguajes populares para acercarse a las masas. Este señor, de igual manera, pacta con quien se le cruce para llegar a Carondelet, lo que es entendible, dado el nivel cultural de nuestro pueblo, que vota mucho más con el corazón que con la mente. Buscar el sentimentalismo del votante es el camino, pues la tiranía del voto popular es la regla, aunque no concuerde con esto. A futuro, habrá que buscar en la Ley Electoral un contrapeso por el bien de la república.

Ratifico mi parecer de que hasta hoy, Lasso es más calificado para intentar sacar al país del hueco en que se encuentra, sin embargo, en su entorno hay renuencia a aceptar consejos externos sobre los crasos errores que se están cometiendo en su estrategia de campaña. Guerra avisada…

Y la posibilidad de que crezca un outsider, no hay aun que descartarla. Yaku tiene una ideología confusa. Larrea aun no entusiasma. Romero aún está lejos del alma popular. Y del respetable pelotón de atrás, aun no se puede opinar con profundidad.

La patria requiere claridad de propuestas, o caerá en un peligroso abismo.

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