El cuidado del patrimonio

Rosalía Arteaga Serrano

El dramático incendio del Museo Nacional del Brasil, el ubicado en Río de Janeiro, un museo de más de 200 años de vigencia, que contaba con piezas irremplazables, incluido el esqueleto de Lucía, el más antiguo encontrado en el continente.

Además de piezas de mobiliario, y la propia bellísima construcción, nos ponen en alerta acerca de los cuidados que el patrimonio de una nación exige para que no se repliquen estos siniestros que acaban con ese patrimonio y también ponen en riesgo la memoria colectiva de una nación.

Hay quienes se preguntan todavía, en esta época de avances sin precedentes en el progreso de la técnica, de la ciencia, de la innovación, si tiene sentido el guardar los objetos que se usaron en épocas pasadas.

La respuesta que yo tengo a esos dubitativos pensadores es que SÍ, es indudable el valor que tienen los acervos del pasado, sustentan nuestras raíces, forman parte de nuestra identidad, nos hacen comprender mejor el presente y prepararnos para el futuro.

Recorrer el interior de un museo como el trágicamente desaparecido de Río, es sumergirnos en la historia, es vivir lo que vivieron quienes moraron en las habitaciones, es sentir una ligazón con nuestro pasado, inclusive el común, como seres humanos.

Es imperdonable que un descuido en la revisión de las instalaciones eléctricas, haya causado una pérdida tan grande, que la no provisión con materiales para sofocar rápidamente un incendio haya causado una destrucción total.

Para las autoridades que tienen que ver con nuestros patrimonios museísticos, casas patrimoniales y otras tantas, es un llamado de atención para cuidar de mejor manera los testimonios del pasado.

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