El amor bendice

Ruby Estévez

A quien da y a quien recibe por donde palpite el amor de los hombres siempre hay vida y calor, su fuente esta en el corazón. Todos hemos sido creados con el propósito de amar y ser amados; es un sí, incrustado en el corazón que cuando le quitamos lo bello, lo sublime, le arrebatamos el encanto para vivir. Nada mas hermoso que el amor; creo y estoy segura que si hay dicha, es la de amar y ser correspondido; él llena de indefinibles bellezas la vida, aun a la persona que esta rodeada de penas y dolores; con el amor vemos los campos cubiertos de esmeralda, las flores con los mas hermosos colores, el cielo mas bello y la naturaleza entera revestida de un sublime misterio. Cuando amamos todo nos conmueve, aun el gemido triste de un pájaro en la enramada; esa palabra, “amor” nos suena a música suave y delicada llena de grandes emociones que si sabemos compartirlo conoceremos la verdadera paz y felicidad. Quien no recuerda un amor pasado, el que necesitamos sentir en el presente y que nos anima al futuro; nadie puede vivir sin caricias porque es mucho desamparo, sin palabras porque es mucha soledad; nadie puede vivir sin amor en el corazón porque no podrá mirar lo bueno, lo noble y humano, es demasiada obscuridad. Ningún hombre o mujer que dicen estar “enamorados” deben tomarle al amor como satisfacción para deseos perversos, es el papel mas infamante, ese placer bastardo brindado en copa dorada contiene el matador veneno, endulzado con el deleite que lentamente mata, siendo mortífero, mientras más tierna es la naturaleza en que ha caído. Hay de aquel “amor”, que desata tormentas eternas de amargura y desengaño donde la traición y la deslealtad clava el puñal que lleva consigo males a la humanidad, que después de las delicias y su dulce primavera trae el hastío que hace caer mustios y marchitos los pétalos de las flores del amor, traen un invierno de tempestades, llamando de sinsabores los pechos en donde parecía anidaba la felicidad. El verdadero “amor”, esta en el Creador que es luz cuando las tinieblas se apoderan de nosotros, es fuego eterno que destruye hasta las cenizas del mal y nos deja livianos, listos para emprender una nueva jornada. Todos debemos valorar, apreciar el fruto del “amor” que es servicio y solidaridad, una respuesta del corazón y la conciencia cuyos latidos son fuego inspirador, de acordes dulcísimos que nos elevan al éxtasis por la felicidad de saber “ayudar” y “compartir”. Definir toda la hermosura y la belleza del “amor’, no tiene limites, quien “ama:, sabe: de ternura, de dicha, delicadeza y afecto; sabe, que es respeto, lo mas sublime, fuego sagrado aquí en la tierra; por ello debemos educar a la mente y al corazón del ser humano, en la ilusión sana de un amor limpio, puro con la prosa de la reflexión para que nuestras pasiones no caigan en el pantano de los malos instintos que llevan el sello inconfundible de la degeneración y contaminan la nobleza de virtudes y sentimientos.