¿Dónde está la plata?

Rodrigo Santillán Peralbo

Dicen que se robaron 37 mil millones de dólares, otros hablan de 70 mil millones de dólares, pero hasta ahora nadie sabe con exactitud, ¿cuánto se llevaron los corruptos de la década correísta? La Contraloría, los jueces y fiscales de la injusta justicia, no han sido capaces de determinar, con precisión, el monto de los atracos.

Lo que se sabe es que la corrupción sigue imparable a vista y paciencia de este sufrido pueblo y, muy a pesar del ofrecimiento de la “cirugía mayor”. Algunos son felices en sus exilios dorados, porque se consideran “perseguido políticos”. Hay delincuentes de alto vuelo encarcelados, otros enjuiciados y los más en pleno goce de su libertad, derechos y fortunas mal habidas.

En tanto que este país no sabe el cómo salir de la crisis económica y menos sabe cómo pagar la fabulosa deuda pública, la más alta de la historia que dejó el gobierno de Rafael Correa que, como nunca antes, tuvo a su disposición miles de millones de dólares, algunos de los cuales están en obras con sobreprecio o en obras llamadas “elefantes blancos” para encender la propaganda de la famosa “revolución ciudadana” que fue un fiasco que perjudicó, con gravedad total, a la verdadera izquierda.

“¿En dónde está la plata?”, preguntaba Wladimiro Álvarez cuando se postulaba a la Presidencia de la República por el partido Democracia Cristiana o Democracia Popular en 1992. Nadie contestó la pregunta, pero el candidato ocupó el 8vo. lugar con cerca del 2% de los votos.

Pero la pregunta fue certera y sin respuesta, como ahora, que nadie sabe en dónde está la plata de la corrupción. ¿En paraísos fiscales, cuentas secretas, en manos de testaferros, en bienes raíces? Para felicidad de los corruptos no hay una severa Ley Anticorrupción. ¿Acaso es complicidad?

[email protected]

Rodrigo Santillán Peralbo

Dicen que se robaron 37 mil millones de dólares, otros hablan de 70 mil millones de dólares, pero hasta ahora nadie sabe con exactitud, ¿cuánto se llevaron los corruptos de la década correísta? La Contraloría, los jueces y fiscales de la injusta justicia, no han sido capaces de determinar, con precisión, el monto de los atracos.

Lo que se sabe es que la corrupción sigue imparable a vista y paciencia de este sufrido pueblo y, muy a pesar del ofrecimiento de la “cirugía mayor”. Algunos son felices en sus exilios dorados, porque se consideran “perseguido políticos”. Hay delincuentes de alto vuelo encarcelados, otros enjuiciados y los más en pleno goce de su libertad, derechos y fortunas mal habidas.

En tanto que este país no sabe el cómo salir de la crisis económica y menos sabe cómo pagar la fabulosa deuda pública, la más alta de la historia que dejó el gobierno de Rafael Correa que, como nunca antes, tuvo a su disposición miles de millones de dólares, algunos de los cuales están en obras con sobreprecio o en obras llamadas “elefantes blancos” para encender la propaganda de la famosa “revolución ciudadana” que fue un fiasco que perjudicó, con gravedad total, a la verdadera izquierda.

“¿En dónde está la plata?”, preguntaba Wladimiro Álvarez cuando se postulaba a la Presidencia de la República por el partido Democracia Cristiana o Democracia Popular en 1992. Nadie contestó la pregunta, pero el candidato ocupó el 8vo. lugar con cerca del 2% de los votos.

Pero la pregunta fue certera y sin respuesta, como ahora, que nadie sabe en dónde está la plata de la corrupción. ¿En paraísos fiscales, cuentas secretas, en manos de testaferros, en bienes raíces? Para felicidad de los corruptos no hay una severa Ley Anticorrupción. ¿Acaso es complicidad?

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Rodrigo Santillán Peralbo

Dicen que se robaron 37 mil millones de dólares, otros hablan de 70 mil millones de dólares, pero hasta ahora nadie sabe con exactitud, ¿cuánto se llevaron los corruptos de la década correísta? La Contraloría, los jueces y fiscales de la injusta justicia, no han sido capaces de determinar, con precisión, el monto de los atracos.

Lo que se sabe es que la corrupción sigue imparable a vista y paciencia de este sufrido pueblo y, muy a pesar del ofrecimiento de la “cirugía mayor”. Algunos son felices en sus exilios dorados, porque se consideran “perseguido políticos”. Hay delincuentes de alto vuelo encarcelados, otros enjuiciados y los más en pleno goce de su libertad, derechos y fortunas mal habidas.

En tanto que este país no sabe el cómo salir de la crisis económica y menos sabe cómo pagar la fabulosa deuda pública, la más alta de la historia que dejó el gobierno de Rafael Correa que, como nunca antes, tuvo a su disposición miles de millones de dólares, algunos de los cuales están en obras con sobreprecio o en obras llamadas “elefantes blancos” para encender la propaganda de la famosa “revolución ciudadana” que fue un fiasco que perjudicó, con gravedad total, a la verdadera izquierda.

“¿En dónde está la plata?”, preguntaba Wladimiro Álvarez cuando se postulaba a la Presidencia de la República por el partido Democracia Cristiana o Democracia Popular en 1992. Nadie contestó la pregunta, pero el candidato ocupó el 8vo. lugar con cerca del 2% de los votos.

Pero la pregunta fue certera y sin respuesta, como ahora, que nadie sabe en dónde está la plata de la corrupción. ¿En paraísos fiscales, cuentas secretas, en manos de testaferros, en bienes raíces? Para felicidad de los corruptos no hay una severa Ley Anticorrupción. ¿Acaso es complicidad?

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Rodrigo Santillán Peralbo

Dicen que se robaron 37 mil millones de dólares, otros hablan de 70 mil millones de dólares, pero hasta ahora nadie sabe con exactitud, ¿cuánto se llevaron los corruptos de la década correísta? La Contraloría, los jueces y fiscales de la injusta justicia, no han sido capaces de determinar, con precisión, el monto de los atracos.

Lo que se sabe es que la corrupción sigue imparable a vista y paciencia de este sufrido pueblo y, muy a pesar del ofrecimiento de la “cirugía mayor”. Algunos son felices en sus exilios dorados, porque se consideran “perseguido políticos”. Hay delincuentes de alto vuelo encarcelados, otros enjuiciados y los más en pleno goce de su libertad, derechos y fortunas mal habidas.

En tanto que este país no sabe el cómo salir de la crisis económica y menos sabe cómo pagar la fabulosa deuda pública, la más alta de la historia que dejó el gobierno de Rafael Correa que, como nunca antes, tuvo a su disposición miles de millones de dólares, algunos de los cuales están en obras con sobreprecio o en obras llamadas “elefantes blancos” para encender la propaganda de la famosa “revolución ciudadana” que fue un fiasco que perjudicó, con gravedad total, a la verdadera izquierda.

“¿En dónde está la plata?”, preguntaba Wladimiro Álvarez cuando se postulaba a la Presidencia de la República por el partido Democracia Cristiana o Democracia Popular en 1992. Nadie contestó la pregunta, pero el candidato ocupó el 8vo. lugar con cerca del 2% de los votos.

Pero la pregunta fue certera y sin respuesta, como ahora, que nadie sabe en dónde está la plata de la corrupción. ¿En paraísos fiscales, cuentas secretas, en manos de testaferros, en bienes raíces? Para felicidad de los corruptos no hay una severa Ley Anticorrupción. ¿Acaso es complicidad?

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