Davos y la economía de Ecuador

El Foro Económico de Davos ha significado para nuestra diplomacia la apertura de puertas para alcanzar la deseada estabilidad económica. Los encuentros bilaterales, los contactos con empresas transnacionales y, en especial, la entrevista del presidente Lenín Moreno y sus ministros con la directora del FMI, Christine Lagarde, marcan un giro completo y radical de su entendimiento y praxis en materia de relaciones internacionales.

La satanización que por años marcó al FMI en el quehacer de la política doméstica, absurdo en tiempos de globalización y apertura de mercados, parece ceder ante la realidad de un débil crecimiento económico, los abultados déficits fiscales, la espiral de endeudamiento público y el crecimiento del desempleo y la pobreza. Los indicadores de estos rubros están significativamente en rojo. Es tiempo de encarar con serenidad y pragmatismo estos fenómenos, dejando a un lado mesianismos, populismos y la politiquería. Cuantas puertas haya que abrir para dar un cambio a la década de ocultamientos y manipulación de cifras que pretendieron echar un denso velo sobre lo que era y es nuestra economía, sus padecimientos crónicos y su estancamiento.

Si se siguen con imaginación e inteligencia los entendimientos y acuerdos de Davos, puede darse a corto y mediano plazos un vuelco a este sombrío panorama. Sin embargo, el peligro de no afrontar con determinación y argumentos las “sabias” y populacheras críticas internas de quienes siguen anclados en el pasado, pudiera devolvernos al estancamiento que hoy nos ahoga. No mirar atrás, solo al frente, es el desafío.


Toda reforma impuesta por la violencia no corregirá nada el mal: el buen juicio no necesita de la violencia”. Leon Tolstoi Escritor ruso (1828-1910)La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”. Martin Luther King Religioso estadounidense (1929-1968)