Cumbre climática de París

Dos de los organismos meteorológicos internacionales más importantes, han alertado que el planeta entra en un territorio climático desconocido; la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sigue creciendo y en 2014 marcó un nuevo récord; el dióxido de carbono, se sitúa casi en las 400 partes por millón, por otro lado, la Oficina Meteorológica británica, avisa que la temperatura del planeta a final de este 2015 será 1,02 grados más, lo que conduciría al derretimiento de los glaciares, la elevación del nivel del mar y muchas poblaciones rivereñas quedarían bajo el agua.


Por todas estas circunstancias se han organizado más de veinte cumbres ambientales y la próxima será en París, ojalá no sea un fracaso como las anteriores que fueron una burla para el planeta cuyo deterioro catastrófico resulta insoportable para la humanidad; como la extrema pobreza que tiene fecha de caducidad en el año 2030; esta meta, sin embargo, parece inalcanzable cuando se analizan los efectos del cambio climático sobre las personas: desde enfermedades transmitidas por el agua que se intensifican durante las olas de calor, la pérdida de las cosechas debido a sequías o inundaciones y su impacto en los precios de los alimentos o desastres naturales que obligan a muchos a desplazarse; sin embargo una mayor conciencia climática podría alejar de la pobreza extrema a más de 100 millones de personas para el año 2030; pero si no se actúa pronto, habrá millones de pobres más en América Latina y el Caribe.


El hambre, la superpoblación y el calentamiento global son 3 flagelos interdependientes; la disminución de la contaminación depende tanto de las personas comunes como de los gobernantes.