Cuento y recuento

Quisiera que al igual que gritan y exigen recuento… Apoyen con la misma vehemencia a quienes son objeto de injusticias reales, solo por enumerar unos cuantos ejemplos:

– La madre que mantiene a sus hijos y es despedida sin contemplación, a pesar de cumplir, simplemente es “la escogida para sacrificar” para traer al recomendado o al amigo del jefe…

– El hombre que “se pone la camiseta”, sale temprano y llega tarde a casa, sin horas extras, trabaja como mula por un sueldo básico…. Y recibe un “muchas gracias” pues hay que hacer recorte…. Y justamente lo hacen por el lado más estrecho, no importa que les haya entregado todo su esfuerzo…

– El padre que depende del capricho de la madre para ver a su hijo, que es tomado como un bono económico personal… “No hay dinero… No hay hijo”

– La mujer que confió en el amor del hombre que se convirtió en su asesino.

– La chica que salió de casa y nunca más volvió… se desvaneció… Nadie sabe nada…

– El niño que recibe golpes y no besos.

– El joven que encontró en las drogas un refugio a su realidad.

– Seres humanos que hurgan la basura para poder llevarse algo al estómago, mientras otros botan comida.

– El ser que no halló otra salida más que acabar con su vida…

Así… hay miles de injusticias que nadie pide “recuento”… nadie grita por ellos, nadie les da una oportunidad, son millones de voces que gritan en silencio…

¡Pero nos mantienen al cuento! Que nos van a ayudar… Dicen, casa, comida y empleo… Dicen, justicia… Dicen…y solo queda en eso… en palabras… Porque jamás cumplen.

Cuentos y recuentos… quienes acabamos pagando todo el sainete siempre somos los del pueblo.

Aissa Pazmiño Real