Vivimos un momento histórico, nadie imaginó que en marzo de 2020 apareciera el virus, (Covid-19) el cual dejó al descubierto al mundo entero, graves problemas no atendidos. ¡Sistemas hospitalarios deficientes! ¡Poblaciones aisladas! ¡Sistema educativo con limitaciones! ¡Manejo inadecuado de dinero del Estado! ¡Gad´s sin planes estratégicos! ¡Redes sociales desbocadas!
La desinformados son el pan de cada día, sobre todo quienes usan las redes sociales, con información no contrastada, no verificada, a este fenómeno digital hay que sumarle la indiferencia de ciertos propietarios de medios de comunicación, que no cumplen con los mínimos requisitos de seguridad sanitaria; los periodistas cumplen su labor, cambiando su metodología, y hoy el contacto físico y visual humano, no es oportuno.
¿Vivimos una verdadera crisis informativa? Para muchos sí. El único vocero es el COE Nacional, lo que resuelven ahí, es una verdad y una ley. Bajo el criterio de “fuente oficial” los medios han limitado su proceso investigativo. Sin embargo, hay periodistas que a riesgo y cuenta propia se han acercado a espacios de alta sensibilidad, para constatar realidades y contarlas desde su espacio informativo.
¿Vivimos una verdadera crisis informativa? Varios comunicadores y expertos periodistas publicaron en sus cuentas personales que el Gobierno habría omitido información para no generar caos social, sobre todo los números de fallecidos y casos confirmados. Con mucha preocupación esto fue corroborado por el Presidente de la República, quien el 2 de abril dispuso a sus ministros transparentar información y publicar datos reales.
Los comunicadores bajo los principios de ética y responsabilidad contamos historias verdaderas, la crisis informativa, la podemos evitar, eliminando cuentas trolls y mensajes sin adecuado contenido.
Carlos Macías