Creatividad y sometimiento

Rodrigo Contero Peñafiel

La realidad siempre está precedida por un sueño, por la imaginación de alguien que inventó algo que contradecía lo existente y establecido. Si en el siglo XIX alguna persona decía cómo íbamos a vivir ahora, probablemente se diría que estaba loca y llena de fantasías.

Si regresamos a ver a esa época, un soñador decía: en el futuro, el hombre podrá comunicarse por teléfono e internet, viajará en automóviles y aviones, guardará la historia y la ciencia en computadoras. Hoy son sueños cumplidos.

Los soñadores han originado el progreso de la humanidad, han vencido lo imposible, son seres extraordinarios. Thomas Alva Edison realizó 1.083 inventos en toda su vida. Su maestra pensaba que era un retrasado mental; cuando dibujaba un 7, imaginaba que era un ala o un abre corchos, menos un número 7; por eso lo echaron de la escuela.

Albert Einstein hasta los siete años no pudo leer ni escribir correctamente. Sus maestros lo creían de lento aprendizaje. Los grandes científicos del mundo tienen algo dentro de sí que les hace ser creativos.

La única forma de avanzar en el mundo es soñar con los ojos abiertos. La mente debe alimentarse de mucha información para alcanzar resultados. Si alguien es mecánico, taxista, ingeniero, doctor, le gusta el arte, la historia, la antropología, la novela, debe hacerlo con gusto y decisión; hay que hacer lo que nos agrada.

Los países en vías de desarrollo enfrentan los problemas de la modernización y son amenazados por el abuso del capital industrial y financiero, mientras que la masa de la clase trabajadora urbana y rural es sometida por las democracias populistas que impiden la creatividad y el progreso. Los valores tradicionales prevalecen al cambio, la opinión de la gente es controlada por una minoría elitista, la mayoría vive con sus tradiciones y su avance depende de quien ostenta el poder.

Si la inseguridad persiste como resultado de una crisis social, económica y política los conflictos entre clases o grupos sociales se exacerban, el conocimiento, principios y normas de la sociedad se convierten en propiedad del poder que se encarna en un solo individuo y su equipo impidiendo el desarrollo y creatividad de la gente.

[email protected]