Cosas de diablos

Andrés Pachano Arias

Se dice que para el ejercicio de la política, condición sine qua non es el poseer entre otras cualidades, sagacidad, prontitud, oportunidad. Los doctos en estas surreales materias dicen también que al antedicho ejercicio siempre le acompaña el diablo, sagaz hortelano de requiebres y urgencias tan útiles en la política.

La sospechosa demora de la Corte Constitucional para su pronunciamiento sobre la consulta-plebiscito anunciada desde la Presidencia de la Republica, hace recordar esa muy ecuatoriana costumbre, practicada a todo pulmón por futbolistas y choferes de buses urbanos expertos en “quemar tiempo”. Con la demora (¿premeditada?) otro diablo, desde un célebre ático gana tiempo muy valioso en espera que se derrumbe la muy considerable aceptación popular del Presidente Moreno, aceptación basada sobre todo en la sintonía con el reclame generalizado de ‘descorreizar’ el Estado Nacional.

En ese sentido, dos preguntas son claves por las que se juega el actual gobierno: la de eliminar la reelección indefinida volviéndose al estatus original de la Constitución del 2008 reformada con preferente sagacidad mediante enmienda por el antecesor al licenciado Moreno y la concerniente al Consejo de Participación Ciudadana. Se dice que ya han venido desde lejos a hacer ‘lobby’ para que el pronunciamiento de la Corte Constitucional sea el negar esas preguntas o al menos que a aquella de la reelección, se la reforme diciendo que no tenga el carácter de retroactiva. “Viveza criolla” llama la gente a estas “tinterilladas”.

El inoportuno envío a la Asamblea Nacional del proyecto de ley de reactivación económica, que en el fondo pretende recaudar dinero vía tributos, sobre todo de la clase media, antes que sembrar las bases de una auténtica reactivación de la economia nacional, también abona a un descenso de la popularidad del actual mandatario. Y, el otro diablo gana tiempo. Digresión aparte: la Asamblea aún dominada por Alianza País, movimiento oficialista y de oposición al mismo tiempo, hace piruetas con esta ley.

Y todo estos requiebres “queman tiempo” que no le favorecen licenciado Lenin….. ¡que se le está durmiendo el diablo!.

¿O así mismo será?