Corolarios

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La derogatoria del Decreto 883 apenas abre un compás de espera para las fuerzas desestabilizadoras. De la visión para reeditar las medidas, dependerá la paz social. Lo bueno: nuestros hermanos indígenas, manipulados, sacaron la cara por todos, aunque en una ‘guerra de guerrillas’ que no les es propia. Lo malo: que su líder haya hablado e impuesto su posición, como si liderara otro Estado.

Hoy quiere hasta ejército propio. Obvio, le fue bien, y mira hacia Carondelet. Y lo feo: que en adelante, de no viabilizar las propuestas que mejoren el ‘establishment criollo’, seremos sus rehenes y de las fuerzas ocultas detrás de ellos, nacidas en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla.

Nuestras Fuerzas Armadas no estuvieron a la altura, así Jarrín sostenga lo contrario. Fue evidente que Jaime Nebot, exalcalde de Guayaquil, salvó a Moreno. Grave es que el principio de autoridad quedó en entredicho y el descontento social anda sobrevolando, pues, nuestra patria está secuestrada por mafias que lucran de la debilidad institucional, génesis de la corrupción generalizada, a las que les importa un pito la patria.

Las alternativas de desarrollo analizadas en esta columna, para implementar políticas de Estado que permitan desarrollar horizontalmente a la sociedad y definir un norte de obligatorio cumplimiento por los gobiernos de turno, indistintamente de su ideología, les tiene sin cuidado.

Sostienen que la dolarización nos mantiene a flote. Sin embargo, nuestros vecinos conservan su moneda propia y están mejor que nosotros. ¿Se han preguntado por qué nos dolarizaron? Sencillo, al sistema de viveza criolla y concentración del mercado, hubo que estabilizarlo artificialmente. No obstante, sin políticas de Estado, nada cambiará. Y, advierto, el proyecto de ley tributario enviado a la Asamblea Nacional, dista mucho de ser lo que se requiere.

La política que requerimos no es ni de izquierda, ni de derecha, categorización oprobiosa y caduca, y mantener al pueblo sobreviviendo, es una olla de presión. Soluciones existen y de no tomarse las ‘verdaderas correcciones’ como las he señalado en muchas ocasiones, seremos otro Estado fallido. Lo de Chile, es una advertencia.

[email protected]

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La derogatoria del Decreto 883 apenas abre un compás de espera para las fuerzas desestabilizadoras. De la visión para reeditar las medidas, dependerá la paz social. Lo bueno: nuestros hermanos indígenas, manipulados, sacaron la cara por todos, aunque en una ‘guerra de guerrillas’ que no les es propia. Lo malo: que su líder haya hablado e impuesto su posición, como si liderara otro Estado.

Hoy quiere hasta ejército propio. Obvio, le fue bien, y mira hacia Carondelet. Y lo feo: que en adelante, de no viabilizar las propuestas que mejoren el ‘establishment criollo’, seremos sus rehenes y de las fuerzas ocultas detrás de ellos, nacidas en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla.

Nuestras Fuerzas Armadas no estuvieron a la altura, así Jarrín sostenga lo contrario. Fue evidente que Jaime Nebot, exalcalde de Guayaquil, salvó a Moreno. Grave es que el principio de autoridad quedó en entredicho y el descontento social anda sobrevolando, pues, nuestra patria está secuestrada por mafias que lucran de la debilidad institucional, génesis de la corrupción generalizada, a las que les importa un pito la patria.

Las alternativas de desarrollo analizadas en esta columna, para implementar políticas de Estado que permitan desarrollar horizontalmente a la sociedad y definir un norte de obligatorio cumplimiento por los gobiernos de turno, indistintamente de su ideología, les tiene sin cuidado.

Sostienen que la dolarización nos mantiene a flote. Sin embargo, nuestros vecinos conservan su moneda propia y están mejor que nosotros. ¿Se han preguntado por qué nos dolarizaron? Sencillo, al sistema de viveza criolla y concentración del mercado, hubo que estabilizarlo artificialmente. No obstante, sin políticas de Estado, nada cambiará. Y, advierto, el proyecto de ley tributario enviado a la Asamblea Nacional, dista mucho de ser lo que se requiere.

La política que requerimos no es ni de izquierda, ni de derecha, categorización oprobiosa y caduca, y mantener al pueblo sobreviviendo, es una olla de presión. Soluciones existen y de no tomarse las ‘verdaderas correcciones’ como las he señalado en muchas ocasiones, seremos otro Estado fallido. Lo de Chile, es una advertencia.

[email protected]

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La derogatoria del Decreto 883 apenas abre un compás de espera para las fuerzas desestabilizadoras. De la visión para reeditar las medidas, dependerá la paz social. Lo bueno: nuestros hermanos indígenas, manipulados, sacaron la cara por todos, aunque en una ‘guerra de guerrillas’ que no les es propia. Lo malo: que su líder haya hablado e impuesto su posición, como si liderara otro Estado.

Hoy quiere hasta ejército propio. Obvio, le fue bien, y mira hacia Carondelet. Y lo feo: que en adelante, de no viabilizar las propuestas que mejoren el ‘establishment criollo’, seremos sus rehenes y de las fuerzas ocultas detrás de ellos, nacidas en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla.

Nuestras Fuerzas Armadas no estuvieron a la altura, así Jarrín sostenga lo contrario. Fue evidente que Jaime Nebot, exalcalde de Guayaquil, salvó a Moreno. Grave es que el principio de autoridad quedó en entredicho y el descontento social anda sobrevolando, pues, nuestra patria está secuestrada por mafias que lucran de la debilidad institucional, génesis de la corrupción generalizada, a las que les importa un pito la patria.

Las alternativas de desarrollo analizadas en esta columna, para implementar políticas de Estado que permitan desarrollar horizontalmente a la sociedad y definir un norte de obligatorio cumplimiento por los gobiernos de turno, indistintamente de su ideología, les tiene sin cuidado.

Sostienen que la dolarización nos mantiene a flote. Sin embargo, nuestros vecinos conservan su moneda propia y están mejor que nosotros. ¿Se han preguntado por qué nos dolarizaron? Sencillo, al sistema de viveza criolla y concentración del mercado, hubo que estabilizarlo artificialmente. No obstante, sin políticas de Estado, nada cambiará. Y, advierto, el proyecto de ley tributario enviado a la Asamblea Nacional, dista mucho de ser lo que se requiere.

La política que requerimos no es ni de izquierda, ni de derecha, categorización oprobiosa y caduca, y mantener al pueblo sobreviviendo, es una olla de presión. Soluciones existen y de no tomarse las ‘verdaderas correcciones’ como las he señalado en muchas ocasiones, seremos otro Estado fallido. Lo de Chile, es una advertencia.

[email protected]

EDUARDO CHIRIBOGA APONTE

La derogatoria del Decreto 883 apenas abre un compás de espera para las fuerzas desestabilizadoras. De la visión para reeditar las medidas, dependerá la paz social. Lo bueno: nuestros hermanos indígenas, manipulados, sacaron la cara por todos, aunque en una ‘guerra de guerrillas’ que no les es propia. Lo malo: que su líder haya hablado e impuesto su posición, como si liderara otro Estado.

Hoy quiere hasta ejército propio. Obvio, le fue bien, y mira hacia Carondelet. Y lo feo: que en adelante, de no viabilizar las propuestas que mejoren el ‘establishment criollo’, seremos sus rehenes y de las fuerzas ocultas detrás de ellos, nacidas en el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla.

Nuestras Fuerzas Armadas no estuvieron a la altura, así Jarrín sostenga lo contrario. Fue evidente que Jaime Nebot, exalcalde de Guayaquil, salvó a Moreno. Grave es que el principio de autoridad quedó en entredicho y el descontento social anda sobrevolando, pues, nuestra patria está secuestrada por mafias que lucran de la debilidad institucional, génesis de la corrupción generalizada, a las que les importa un pito la patria.

Las alternativas de desarrollo analizadas en esta columna, para implementar políticas de Estado que permitan desarrollar horizontalmente a la sociedad y definir un norte de obligatorio cumplimiento por los gobiernos de turno, indistintamente de su ideología, les tiene sin cuidado.

Sostienen que la dolarización nos mantiene a flote. Sin embargo, nuestros vecinos conservan su moneda propia y están mejor que nosotros. ¿Se han preguntado por qué nos dolarizaron? Sencillo, al sistema de viveza criolla y concentración del mercado, hubo que estabilizarlo artificialmente. No obstante, sin políticas de Estado, nada cambiará. Y, advierto, el proyecto de ley tributario enviado a la Asamblea Nacional, dista mucho de ser lo que se requiere.

La política que requerimos no es ni de izquierda, ni de derecha, categorización oprobiosa y caduca, y mantener al pueblo sobreviviendo, es una olla de presión. Soluciones existen y de no tomarse las ‘verdaderas correcciones’ como las he señalado en muchas ocasiones, seremos otro Estado fallido. Lo de Chile, es una advertencia.

[email protected]