¡Chapeau Suecia!

A pesar de las críticas, Suecia sigue sin confinamiento. Fronteras abiertas, libertad de movimiento, niños en la escuela, comercios, bares y restaurantes atendiendo clientes; solo recomendaciones, sin imposiciones, prohibiendo únicamente reuniones de más de 50 personas. Pasan semanas y la curva sueca no diverge de la media europea.

Juan M. Blanco pregunta “¿Por qué tanta contrariedad al comprobar que la Covid-19 no explota en Suecia? La vía sueca amenaza con desmentir el relato que muchos políticos y expertos querrían leer en los libros de historia: En 2020 unos héroes salvaron al mundo de una horrenda mortandad decretando el confinamiento”.

El país escandinavo constituye un ‘grupo de control’, capaz de señalar lo que habría ocurrido sin cerrar la actividad económica. Y temen que, finalmente, alcance los mismos resultados, o incluso mejores.

Para los suecos, en el mejor de los casos, el confinamiento podría retrasar los contagios, pero a un costo muy elevado en destrucción económica. Y todo para llegar al mismo lugar. En una entrevista en The Wall Street Journal, John P.A. Ioannidis profesor en Stanford, aseguró que “poner en cuarentena es como si un elefante fuese atacado por un gato, y tratando de evitarlo se tira por un precipicio”.

Justificando las cuarentenas forzadas, los demagogos preferían cuidar la salud a costa de la economía. Pero la destrucción de la economía es tan grande que acarreará más muertos que el Covid-19. No solo porque la pobreza y el hambre se están disparando dramáticamente -en Argentina pronto llegará al 50%-, sino que se destruye el sistema sanitario.

Por miedo o por la cuarentena, muchos otros enfermos están siendo descuidados. En Bogotá, hospitales de alta complejidad que tenían 6,3 millones de dólares de ingresos mensuales cayeron a $3 millones. La ocupación en hospitalizaciones está en la mitad. Tal como ocurre en muchos países, las consultas externas, cirugías y exámenes están cancelados casi en su totalidad.

Pero los políticos no son tontos. Como su recaudación impositiva cae mucho, en Buenos Aires empezaron a desandar el camino. Ya dirán que nunca quisieron una cuarentena, sino que fueron forzados por la opinión pública.

En fin, por respetar el derecho humano a la libertad -la no violencia- y, consecuentemente, lograr un mejor resultado, los hombres de buena voluntad brindamos: ¡Salud Suecia!

Miembro del Consejo Asesor del ‘Center on Global Prosperity’ de Oakland, California.

@alextagliavini