¿Mala suerte?
El enojoso asunto de los Dhurv no termina de esclarecerse. Los tres helicópteros en cuarentena, luego de que cuatro “volaron” hacia abajo, deben conservarse como el más claro e infame ejemplo de lo que no se debe hacer. En el país de los “yo no fui” y “a mí que ni me vean”, la corrupción y la impunidad están a la orden (o desorden) del día. Correa redujo el tema “a la mala suerte”. ¿Qué es la suerte? Dice el Diccionario que “se llama así a la causa hipotética o predeterminación de los sucesos o circunstancias no intencionadas ni previsibles”. La definición se acopla cuando adquirimos la lotería (puede ser que gane o no gane), pero hablar de suerte o ventura cuando se trata de una materia eminentemente técnica, de un proceso riguroso de selección, y cuando supuestamente se compraron helicópteros de última tecnología constituye un verdadero despropósito; ello equivale a decir: “hemos comprado aparatos (helicópteros) de última tecnología, pero puede ser que vuelen hacia arriba como puede ser que vuelen hacia abajo” (?). Si no aparecen responsables de “la mala suerte”, la corrupción y la impunidad no serán ninguna buena suerte.
Guillermo Pérez de Castro
C.I 1702474212
Exliguista
Todos entendemos que no podemos tener como enemigo al “Emperador” y que si había una invitación para darse lija y popularidad con mi exequipo, no cabía más que aceptar y hacer el show. ¿Pero que un gran dirigente como Esteban Paz le done una camiseta? Y hasta eso: que le ponga el número del partido de Gobierno es perder la dignidad. Es hasta ilegal, porque no se puede meter la política en los clubes ni en el deporte. Es por esto que, por elemental dignidad, he dejado de ser liguista luego de 46 años.
Patricio Sáenz
Quito