Cartas al Director.

Fe de erratas

En la edición de ayer, 25 de noviembre, página A5, columna ‘Microbiografía Lojana’, correspondiente al connotado lojano Ángel Felicísimo Rojas. Allí se hace constar una imagen que no es la suya y que corresponde al también prestigioso literato ecuatoriano Jorge Enrique Adoum.

Este Diario ofrece sus disculpas a sus lectores, así como a quienes se sientan aludidos, cuyo error es estrictamente involuntario.


Tu vida empieza

Mujer, destello vigoroso de esperanza que cubre desde mi miedo más profundo hasta mi cielo inventado por mis alegrías, como semilla fecunda de sueños se ha sembrado en el sendero por dónde camina descalza su alma y así como que va dándole vida a mi vida.

Mujer, tú que vas creando paisajes de óleos tan ciertos, de nubes doradas y arco iris que marcan la distancia de tu pecho y el mío. Ciprés, Pinos, Eucaliptos, etc. van cobijando nuestros andares cada día más firmes cada día más bellos, dos hermosísimos ríos sacian la sed que proviene del eco de mirarnos y amarnos.

Mujer, tú que dejas olores de perfumes de emociones inventadas por tenernos y dejarnos, por ser siempre todo. Mujer, tan dentro mío hay una hoguera que me llama, pues estoy quemándome vivo con tu piel y lo sabes, estoy muriendo de felicidad, agonizando de dulzura, estoy feneciendo para vivir eternamente.

Gracias mujer, por darnos el camino de días perfectos, tardes de encantos, poemas y cantos, noches de vuelos y estrellas. Gracias mujer por tus ojos, tus manos y tu alma.

Me pregunto, mujer, ¿qué será de mi sin ti?, ¿también te duelen los pensamientos que dibujan nuestra presencia o es acaso una ocurrencia tan cierta o sigue siendo mi sueño el cual nunca despierto? ¿Ella teniendo la fuerza de hacerme sentir todo esto, dentro de su amado pecho, se encuentra la casa divina, donde todo hombre va, si tiene el bien en su vida? (O)

Joffre Vera

[email protected]