¡Bienvenida democracia!

Gabriela Rosero

“Las frutas empiezan a moverse”, es la frase más escuchada en estos momentos de ajetreo político luego del cierre de inscripciones de las candidaturas que postularán para el próximo periodo electoral seccional en marzo de 2019.

Renuncias de autoridades en funciones, anuncios de reelecciones, nombres inesperados, rostros nuevos en la política y aquellos ‘infaltables’ en la papeleta de votación de cada elección; serán más de 77.000 ciudadanos en todo el país quienes pondrán sus nombres a disposición de la comunidad en espera del voto favorable que los conduzca al poder.

Quizás podemos sorprendernos de que existan tantos candidatos para las próximas elecciones, sin embargo, es evidente de que los ecuatorianos disfrutamos de libertades plenas y estamos dispuestos a trabajar para nuestra comunidad a través del servicio público.

Y es que son los espacios de representación política los que permiten a cualquier ciudadano ser parte activa de un proyecto de conducción de su provincia, cantón o parroquia por caminos de desarrollo y bienestar; de una forma u otra, todos los ecuatorianos tenemos visiones e ideas para trasformar a nuestro país.

Aunque para gran parte de la población la participación política no es una opción, es saludable que le demos vida a nuestra democracia a través de las postulaciones a candidaturas de elección popular. Nada como ejercer nuestro derecho de asociación política.

Mientras más democrática y masiva es la participación ciudadana en los destinos políticos del país, más fortalecemos los valores cívicos y las libertades; para las presentes y futuras generaciones. Mientras más democracia, más oportunidades de que la voluntad del ciudadano común y corriente sea la que oriente a las instituciones, modifique las leyes y gestione el desarrollo de la nación.

¿Es la democracia ‘ideal’ que todos deseamos? Sin duda que no lo es. Es una democracia imperfecta, maltratada y hasta abusada; pero cualquier democracia perfectible siempre será mejor que cualquier otro modelo de gobierno que no deje en manos de sus ciudadanos los destinos del país.

¡Bienvenida democracia!, que siempre tu espíritu de igualdad de oportunidades y condiciones políticas reine en nuestro país.