¡Arriba los ánimos!

En los momentos de crisis es cuando emergen los liderazgos. En los duros golpes que da la vida es importante mantener la calma, la cabeza fría y pensar en cuál es la mejor manera de actuar, cómo podemos ser útiles a las personas que tenemos en nuestro entorno y a quienes están más distantes.

Tal vez una primera aproximación a esto que queremos plantear en el presente artículo es la capacidad de mantener optimismo, de ver el lado bueno de las cosas.

Esto no es nada fácil si, como en los actuales momentos, en el caso ecuatoriano, se conjugan problemas tan serios como la salud y la economía, con derivaciones muy graves para los individuos, la familia, el estado.

Sin embargo, si pensamos con mayor cuidado, sabemos que las caras largas y angustiadas no van a beneficiar a nadie, probablemente empeorarán las situaciones, ya que harán que las rispideces, las animadversiones, las agresiones, se acentúen.

Por el contrario, una actitud positiva, sin que eso caiga en la irresponsabilidad y en el descuido, puede ayudarnos a encontrar una solución, a ver salidas que antes no las veíamos, a ser creativos para paliar los efectos negativos.

La creatividad ha sido siempre una fortaleza de los ecuatorianos, también el sentido del humor y la solidaridad.

Pongamos de relieve esas potencialidades, dejemos de lado la burla malsana, las críticas desmedidas, los comentarios hirientes, el afán de sobresalir diciendo cosas desagradables o calumniosas, sobre todo ahora valiéndonos del eco que producen las redes sociales.

Dejemos de ver, como decía el Evangelio, la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.

Ese espíritu positivo hará más fácil la convivencia, sobre todo ahora en que debemos pasar más tiempo en nuestros hogares, conviviendo con la familia, buscando actividades en conjunto y haciendo la vida más agradable para los pequeños y los mayores.

[email protected]