La falta de seriedad de los organismos electorales y los actores políticos que intentan participar -a última hora y en total burla a los procesos establecidos- resulta peligrosa y antipatriótica.
El Estado de Derecho, que establece el modelo institucional consagrado en la Constitución de la República, se basa en la existencia de reglas claras, escritas y públicas, las cuales son de obligatorio cumplimiento para todos los ciudadanos y actores sociales, políticos y económicos que operan en el país o con él. También implica la existencia de un sistema de Justicia que determina cuándo se ha quebrantado la norma, interpreta los vacíos en la misma, y determina responsabilidades y reparaciones cuando esto ocurre.
La norma se aplica sin excepción y para todos. Las irregularidades que se han dado en los últimos meses, desde el inicio del proceso preelectoral, en el registro de movimientos políticos, verificación de requisitos y posterior inscripción de candidatos, constituyen una burla que los ciudadanos no merecen. La triste consecuencia es la pérdida de credibilidad en el proceso y sus órganos rectores, compuestos por funcionarios pasajeros, algunos con ínfulas de grandeza, pero que pasarán desapercibidos ante el gran espectro de la historia, dejando un nefasto legado: el de haber contribuido al ya desprestigiado orden institucional de nuestro país.
Un funcionario patriota no se ocupa de brillar en sus 15 minutos de fama, sino de construir un legado que trascienda su cargo, su período y su nombre. Lástima que de estos no abunden en el poder electoral.
El peligro del populismo es el sacrificio del futuro por un presente efímero.”
Mario Vargas Llosa (1936- ) Escritor y político; Perú.
Prevenir los conflictos del futuro implica cambiar la mentalidad de los niños hoy.”
Graça Machel (1945- ) Abogada, activista y política; Mozambique,