Amistad

Eduardo Naranjo Cruz

Este concepto acuñado para tratar de englobar cierta clase de sentimientos es similar a aquel otro denominado amor, los que, si realmente son aplicables a las actitudes humanas de cierta autenticidad, tienen alguna validez cuando son recíprocos.

Los humanos, seres superiores, idealizados por los pensadores positivos, imaginamos cosas y las damos por ciertas, cuando algunas apariencias parecen corroborarlas, sin embargo, hay hechos que demuestran que mucho de lo que tomamos como sublime es pura fantasía y es así como vamos caminando por la vida.

Argumentamos que el factor reciprocidad es al menos una razón para creer que es posible un compartir armonioso de la vida, sin embargo, esto suele ser extrañamente muy escaso. Así en la amistad se supone hay principios fundamentales como la lealtad, la honestidad, el servicio, la solidaridad, etc., sin espera de recompensa; es la solidez de estos nexos frente a cualquier circunstancia en la que los amigos al igual que los novios están dispuestos a afrontar lo que pueda venir sin titubear.

Los parámetros señalados son realmente escasos en los humanos. Todos los días se percibe la traición, la hipocresía, la evasión de todos aquellos a quienes creemos fueron nuestros amigos. De igual forma como los que creen compartir el amor de pronto descubren que cada cual se ama muchísimo más a sí mismo antes que al otro.

Esto explica por qué los matrimonios se deterioran rápidamente, igual que las amistades se esfuman y no digamos de los lazos familiares que siempre están entretejidos por todo tipo de ambiciones ocultas que en el momento propicio afloran, por eso celebrar festividades cristianas debe ser una búsqueda de contrición de todo aquello que negamos al otro y un propósito de cambio al menos por unos días, para creer que hay esperanza.

[email protected]