¡A marchar!

Mons. Alfredo Espinoza Mateus, sdb

Quizás esperaban hoy un editorial referente a la jornada electoral. Ya me he pronunciado sobre el tema y lo he hecho, no en forma “politiquera”, sino que he dado una orientación política, no partidista.

Hoy, quiero invitarles a “Marchar”. La semana anterior, miles de miles de personas han marchado por las calles de las principales ciudades del Ecuador.

En Loja no lo hicimos, quisimos evitar que nos prohibieran la “Marcha por la Vida”, como lo hicieron hace dos años bajo el pretexto de que era una marcha electoral.

Marcharemos defendiendo la vida. Nuestra marcha se realizará el próximo sábado 30 de marzo, para mí, una gran forma de terminar el mes dedicado a la mujer, defendiendo su vida y la vida del ser que lleva en su seno.

Marcharemos bajo el lema: “Salvemos las dos vidas” y llevando pañuelos celestes. Queremos que haya una verdadera “marea celeste” por las calles de Loja, en contraposición de los pañuelos verdes, color que identifica a los que defienden la muerte.

Hoy, cuando en el país se discute una ley que promueve el aborto en caso de la violación de la madre, las palabras de Francisco nos alientan a seguir marchando por la defensa de la vida: “Cuánto más indefensos son los seres humanos, tanto más deben ser preferidos. Motivo por el cual los concebidos pero aún no nacidos, deben ser especialmente preferidos. Entre esos débiles, que la Iglesia quiere cuidar con predilección, están también los niños por nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les quiere negar su dignidad humana en orden a hacer con ellos lo que se quiera, quitándoles la vida y promoviendo legislaciones para que nadie puede impedirlo”.

Loja es una ciudad que defiende la vida, siempre la estaremos defendiendo, no callarán nuestra voz. Iré adelante, proclamando el valor de la vida y denunciando la muerte del inocente.

Te invito a la “Marcha por la Vida”, Te espero en la Zona Militar, a las 14:00. para luego recorrer las calles lojanas diciendo juntos: “Salvemos las dos vidas”. (O)