2017, año para perpetuar la gloria

Un año de singular recordación será para Esmeraldas y el Ecuador 2017, porque en este se recordarán 13 décadas del vuelo a la inmortalidad del coronel Luis Vargas Torres y 20 lustros de la introducción del baloncesto al país, por parte del profesor Ricardo Plaza Bastidas.


En su agenda de trabajo del período 2015-2017 de la Federación Nacional de Periodistas del Ecuador, que por ese período tiene su sede en esta capital provincial, el mes de marzo del año venidero cumplirá con el encumbramiento de dos de los hombres más relevantes de la nación, que en su respectivo campo bregaron por la grandeza de la patria y entregaron su vida -Vargas Torres- y todo su empeño y fortaleza -Ricardo Plaza Bastidas- por otorgarle al Ecuador el lugar más cimero en el concierto internacional.


“Luis Vargas Torres es la antorcha más refulgente del firmamento nacional, es la estrella más comprometida con la existencia del cosmos y de los seres racionales que lo habitan; es el hombre graduado de tal, que lucha y vence con sus ideas innovadoras y la filosofía de la Revolución Francesa de libertad, igualdad y fraternidad.

Cuando los ultramontanos decidieron condenarlo a muerte no entendían que eso equivalía a inmortalizarlo, porque los gigantes como él no mueren jamás y su presencia está tan fresca como el rocío mañanero, como las tibias aguas de nuestro gran río y las pacíficas olas del océano de Balboa, a las que tan singular brillo dio con su firmeza el Coronel de hombres libres.

Dudamos que exista hoy en la nación un varón de las cualidades de Luis Vargas Torres, tanto por su talento y conocimientos, cuanto por la generosidad para desprenderse de su enorme fortuna y ponerla al servicio de la patria, así como para jugarse la vida en el campo del honor, con espada en mano para velar por los humildes herederos de Rumiñahui y Espejo”, expresaba quien esto firma al cumplirse cien años del martirio del excelso Coronel.


El pedagogo Ricardo Plaza Bastidas, primer basquetbolista ecuatoriano, en su College de Estados Unidos donde estudió y se graduó, dejó un legado inmenso a esta provincia y al país, al introducir el deporte más popular de la juventud nacional, disciplina engrandecida por las esmeraldeñas Nubia, Pilar, Piedad, Melba, Felipa, Antonia, Dina y otras, a las que el pueblo jamás podrá borrar de su memoria.