CARTAS AL DIRECTOR

Envidia de otras ciudades

Señores La Hora. Acabo de llegar de Guayaquil y también pasé por Otavalo y sentí una sana envidia de esas dos ciudades, porque cuando llegué a Ibarra me encontré con una burla. Es casi imposible no sentir iras por la forma como se manejan las cosas en esta ciudad. Primero me encuentro con El Obelisco disfrazado de burdel, porque quien se imaginó que era una buena idea llenar de luces a un monumento emblema de la ciudad se equivocó. Después pasé por la calle Bolívar y algunos adornos puestos ni siquiera se prenden y los que se prenden ahora tienen mil colores, porque hasta para reponer los focos necesitan auspicio. Del árbol navideño del centro comercial de Ibarra mejor no hablo, porque ni siquiera merece un comentario. Es triste que aquí todas las cosas se hagan mal y que el buen gusto quede relegado.
Patricio Vega. Ibarra

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Ustedes callaron

Señores La Hora. Me resulta difícil creer que ustedes no hayan publicado nada sobre lo que se hizo en el Obelisco de Ibarra. Creo que los ciudadanos no tenemos opción a decir lo que sentimos de forma pública y por eso son los medios de comunicación los llamados a hacer conocer lo que nosotros, los lectores, pensamos. No me parece justo que a un monumento que de una u otra forma es el referente de Ibarra le utilicen para hacer publicidad. El Municipio se equivocó una vez más y ustedes se quedaron callados.
Jorge Landeta. Ibarra
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Del Director. Es válida su opinión. Sin embargo, La Hora prefirió mantenerse al margen de ese tema, porque las radios de la ciudad ya lo dijeron todo. Las luces colocadas en el Obelisco se encendieron la noche del jueves, cuando nosotros teníamos cerrada la edición y las estaciones radiales dedicaron sus espacios para hablar del tema, entonces preferimos no toparlo. Este periódico mantiene su rechazo frontal a todo lo que sea atentar contra los iconos de la ciudad, en este caso, El Obelisco.