Pascua judía, pascua cristiana

En el mundo se acaba de celebrar la fiesta de Pascua y comenzamos el tiempo pascual. Este año del 2006 la pascua judía y la pascua cristiana se encuentran muy cerca la una de la otra. El 14 de Nissan se realiza la conmemoración del paso del Señor que salva a su pueblo de la opresión de los egipcios e inicia el éxodo hacia la tierra prometida, figura de la Pascua de la redención con la muerte y resurrección de Jesucristo.

Esta fiesta es movible en el calendario del año y cada cierto tiempo se encuentran las dos fechas. La Biblia nos narra el ofrecimiento del cordero pascual, cuya sangre, que señala la morada de los que pertenecen al pueblo judío, les excluye de la muerte de los primogénitos que sufren los egipcios. En la Pascua cristiana es el mismo Hijo de Dios encarnado que se ofrece por la redención del mundo, como nos atestigua la misma Biblia, en su Nuevo Testamento.

El sentido de estas celebraciones que se mantienen en los diversos continentes ha ido poco a poco olvidándose y nos encontramos en veces con fiestas vacías de contenido. El folklore nos hace recordar todavía las fechas.

En los países del norte de Europa se conocen los “huevos de pascua”, dulces que se esconderán para los niños.

Y entre nosotros el plato tradicional de la fanesca que se prepara en todos los hogares con legumbres y pescado, nos hace presentes los días de ayuno de la cuaresma. La Semana Santa que termina con el Triduo Pascual y la Pascua misma, se vuelven días de descanso (ahí donde son feriados), de viajes, de encuentros familiares. Si todo ello pone un velo a lo profundo de la celebración, por otra parte es un signo que nos lleva a preguntarnos el por qué de estas fiestas, y así volver nuestros ojos hacia lo esencial, que hemos anotado más arriba.

Podremos entonces acompañar en la alegría a las santas mujeres que encontraron el sepulcro vacío y a la Magdalena, apóstol de los apóstoles que les llevó la buena nueva.

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