Boicot de los migrantes

El movimiento obrero para reclamar un régimen laboral más justo se había iniciado en 1829, se exigía una jornada de 8 horas en la Legislatura del Estado de Nueva York. Hacia 1886 en 19 Estados ya existían leyes que establecían jornadas laborales máximas entre 8 y 10 horas. La jornada variaba entre 14 y 18 horas. El 1 de mayo de 1886, en Chicago, se declaró una huelga. El éxito fue tal que los obreros paralizaron a los Estados Unidos de América. La acción empleada con propiedad logró convertirse en un medio de transformación, en un arma para la liberación de la clase obrera universal.

El 1 de Mayo del 2006, como hace 120 años, más de 12 millones de trabajadores migrantes paralizaron el Gran Imperio del Norte y en más de 100 ciudades marcharon por la jornada del Boicot del Migrante para reclamar al gobierno norteamericano la legalización de los sin papeles y el reconocimiento de un estatus para la fuerza laboral de los migrantes.

La llamada modernización del Estado, que no ha sido otra cosa que la desburocratización y privatización de los servicios públicos en nuestro país, ocasionó que a partir de los años 80 se agudizara la migración de la fuerza laboral ecuatoriana y Latinoamericana hacia los USA y Europa y se viera agudizada significativamente en escala vasta y creciente. En principio, creció el desempleo y la abrumadora mayoría de burócratas que fueron desplazados no tuvieron como alternativa sino migrar en busca de nuevos horizontes donde resultaban útiles.

Al menos esta había sido la opinión general hasta que los gobiernos y empresarios de los países industrializados comenzaron a preguntarse si esa migración no estaba en realidad ahondando la desigual distribución del empleo y si no redundaba en detrimento de las posibilidades de los países en desarrollo, de crecer económicamente, e incluso en detrimento de los intereses económicos de los propios países de acogida.

De lo que precede deducirse que la migración internacional de trabajadores no solo es una consecuencia de la insuficiente división del trabajo en la economía mundial, sino que tiende a mantener la situación actual.

El empleo de mano extranjera adquirió una importancia económica considerable y ello requiere la expedición de políticas laborales urgentes en los países en donde eso sucede.