Violencia de padres a hijos continúa normalizada

SENTIMIENTO. Los niños maltratados piensan que son golpeados por su culpa.
SENTIMIENTO. Los niños maltratados piensan que son golpeados por su culpa.

“La biblia dice que Dios castiga a los que ama, como corrige un padre a su hijo”, es una de las frases bíblicas bajo las cuales se justifica el maltrato.

También pensamientos que circulan en redes sociales como: “gracias a que me pegaban ahora soy una persona de bien”, promueven los golpes como una forma de disciplina.

Gabriela (nombre protegido) contó que su tía aún corrige a sus nietos de 8 y 10 años bajo una idea religiosa que incluye golpes. “Ella cree que un correazo de vez en cuando para educarles está bien, y los padres de los niños están convencidos de ese discurso. Cuando los pequeños hacen alguna travesura, con su posición de autoridad les amenazan con darles un golpe que aseguran es por su bien y los pequeños se atemorizan, dijo.

Cifras

Según datos del Observatorio Social del Ecuador, los niños de menor edad, entre los cinco y 11 años son los más agredidos dentro del entorno en el cual crecen.

Uno de los mayores problemas es que la violencia hacia los menores está normalizada. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) uno de cada cuatro adultos que tienen niños a su cuidado afirman que el castigo físico es necesario para educarles adecuadamente.

“Esta situación parece no discriminar entre los niños de hogares más ricos y los menos favorecidos. Quizá el corporativismo adulto nos hace justificar ciertas formas de tratar a los más pequeños o incluso tapar comportamientos que no toleraríamos hacia una persona mayor de edad. Esto tiene consecuencias para estos niños, que se sienten merecedores o incluso culpables de la violencia que sufren”, menciona un documento de Unicef.

Sofía (nombre protegido) de 15 años, mencionó que desde pequeña su padre le pegaba, “porque me portaba mal o tenía malas notas, decía que es por mi bien y que a él le duela más que a mí”.

Sus padres se separaron cuando tenía 13, ahora no frecuenta tanto a su papá y cree estar mejor.

La violencia en la familia por lo general no solo es hacia los hijos, también las cifras de violencia de padres a madres son preocupantes. La Encuesta sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género contra las Mujeres (Envigmu) 2019, levantada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revela que en Tungurahua el 48,9% de mujeres fueron víctimas de violencia por parte de su pareja.

Una niña que crece en un hogar donde su padre abusa de su madre es seis veces más propensa a ser abusada sexualmente que una menor que crece en una casa sin violencia.

Como un niño que ve a su madre ser víctima de abuso es 10 veces más propenso a abusar de su pareja cuando sea adulto.

Especialista

Óscar Pérez, psicólogo clínico, aseguró que la violencia ejercida de padres a hijos parte de la incapacidad del adulto de por responder adecuadamente a una situación grave o sencilla de resolución de problemas y lo más fácil es anularle al más indefenso, en este caso el niño.

“Se visibiliza los traumas del adulto, en porqué castiga de esta manera, en lugar de corregir y educar, con la excusa de la disciplina se violenta ejerciendo una relación de poder del más fuerte sobre el más débil”, dijo Pérez.

Además, aseguró que el maltrato además de estar normalizado está normatizado es decir que los adultos se basan en teorías que lo promueven.

Maltrato son todas las circunstancias que generan malestar en el niño, en su autonomía, autoestima y sus condiciones propias a nivel cronológico.

“Si un sinónimo de ejercer disciplina es una nalgada, hay que cuestionarse si un golpe es un sinónimo de cuidado. Además, los niños son el síntoma del adulto, es decir reflejan sus traumas, temores e inconvenientes emocionales y a través del maltrato al menor intentan aliviar su angustia”, agregó el Psicólogo.

Pérez señaló que una de las mejores formas de educación es la comunicación, escuchar a los niños y guiarles a través de la formación, paciencia y amor. (APQ)

TOME NOTA

Los golpes en los niños desembocan en ansiedad, depresión, diabetes, obesidad y baja autoestima.

EL DATO

El maltrato a los menores es violencia intrafamiliar y puede denunciarse en la Fiscalía.