Tras confirmar que María Granja, de 68 años, murió el fin de semana por el robo de un celular, las autoridades repudiaron el hecho y debatieron sobre los problemas de seguridad que enfrenta la ciudad.
Granja, quien por 15 años colaboró como voluntaria en la Fundación Cecilia Rivadeneira, recibió tres impactos de bala cuando salía de un centro comercial ubicado entre las avenidas Amazonas y Naciones Unidas.
El general, Fausto Salinas, comandante del Distrito Metropolitano de Quito, confirmó que a los pocos minutos se capturó al presunto responsable, en cuyo poder se encontró el arma de fuego.
Ayer, durante la sesión de Concejo, el alcalde, Jorge Yunda, pidió un minuto de silencio por la muerte de Granja y recordó que en los últimos meses se han instalado 1.198 cámaras de vigilancia con reconocimiento facial en 49 puntos del Centro Histórico. También se habilitaron 26 Unidades de Policía Comunitaria y se entregaron vehículos y motos para colaborar con la Policía Nacional.
Pese a estas acciones, en enero de este año se han registrado 479 robos. En el mismo periodo de 2019 se contabilizaron 384 casos.
En la ciudad, además, están identificados 16 puntos en los que los conductores y transeúntes sufren asaltos a plena luz del día. Desde enero de 2015, hasta finales del año pasado se registraron 29.519 de estos delitos.
Uso indebido de motos
En Quito, donde circulan más de 450.000 carros diariamente, las motos se han convertido en un transporte alternativo, una herramienta de trabajo, pero también un medio de transporte perfecto para delincuentes. Esto, porque facilita sus ataques y escapes.
Según la Policía Nacional, entre enero y diciembre de 2018 se registraron 579 casos en los que los delincuentes se trasladaban en motocicletas. En el mismo periodo de 2019 fueron 259. A esto se suman las denuncias sobre el robo de este tipo de vehículos, que subieron de 99 a 150 en los dos primeros meses de 2019, según datos del Ministerio de Gobierno.
Sobre este tema, Ricardo Roco, vocero de la Asociación de Motociclistas del Ecuador, dijo que llevan 15 años esperando una legislación, un plan vial motorizado, pero hasta el momento no les han cumplido ni con la homologación de los cascos. (PSD)
El meollo detrás del robo de celulares
Los celulares son uno de los objetos más apetecidos por los antisociales. En La Mariscal, por ejemplo, esta es la principal causa de robo a personas y la de mayor impacto.
El capitán Andrés Aguirre, del Circuito La Mariscal explica que el arranche y el estruche son las modalidades de robo más comunes.
El Coronel de Policía Carlos Blanco, de la Unidad de Seguridad Pública, dice que los delincuentes le apuestan al robo de celulares porque es de fácil acceso y porque la gente, al estar pendiente del equipo, pierde su capacidad de reacción.
Agrega que durante las audiencias de flagrancia, el delincuente que roba celulares termina sancionado por una contravención y no por un delito. A esto le suma que son equipos que puede sacarse fuera del país o se los vende en piezas.
Otra de las causas es que muy poca gente denuncia el robo de un celular, lo hace cuando quiere cobrar un seguro, dependiendo del equipo.