
El terremoto de 7.8 grados que sacudió a Ecuador el pasado 16 de abril, dejó a muchas personas con temor de que se produjera uno similar, motivo por el cual muchos decidieron no abrir sus negocios por unos días y tampoco los compradores salían a “hacer el gasto”. Sin embargo, más de una semana después de que se produjera aquel sismo que dejó muchas pérdidas humanas y materiales, en Santo Domingo se vuelve a visualizar el movimiento comercial en sus calles.
Y no es que se pierda el miedo, es que hay que trabajar. La tragedia ha dejado muchas familias incompletas, desconsoladas, muchos sin hogar y un país entero sacudido por la muerte de cientos de sus compatriotas, pero hay que seguir trabajando, siempre con la precaución de que se mueva la tierra una vez más.
Con la culminación del Estado de Excepción que se declaró en las seis provincias más afectadas, incluyendo Santo Domingo de los Tsáchilas, los comerciantes esperan que las ventas vuelvan a la normalidad porque necesitan seguir alimentando a sus familiares. (VG)