Presunta mala práctica médica deja parapléjico a un niño

Drama. Su hermana es quienes está permanentemente con Wilmer, mientras que su madre labora.
Drama. Su hermana es quienes está permanentemente con Wilmer, mientras que su madre labora.

La madre de Wilmer aún guarda algunos juguetes con los que solía distraerse su hijo; un balón de fútbol, carros y otros artículos desgarran el alma de sus familiares, más aún cuando recuerdan los gritos alegres con los que llenaba su hogar, sobre todo cuanto sabía que su equipo favorito de fútbol, Macará, jugaba o hacía goles.

Wilmer Josafat Suárez Chicaiza, oriundo de Ambato, a sus 12 años vive postrado en una silla de ruedas, aunque no puede articular palabras, no tiene visión y apenas si expresa espasmos, sus seres queridos aseguran que él algo entiende, por lo que sienten mucho dolor al verlo así.

El niño vive en una humilde vivienda ubicada en el barrio Oriente, cerca de Letamendi en Ambato, según su madre, Jaqueline Chicaiza, su hijo quedó discapacitado desde agosto de 2019 luego de lo que sería una mala práctica médica.

Cifra
91% de discapacidad le calificaron en el Ministerio de Salud, sin embargo, el pequeño no recibe ningún beneficio del Gobierno.

Tragedia

Las lágrimas no se pueden contener mientras la madre relata que hace más de un año el pequeño quedó bajo el cuidado de sus hermanos mientras ella salió a trabajar. Wilmer saltaba de alegría, pues quería ver a su equipo jugar esa tarde, por lo que pensó en bañarse, pero por un descuido se quemó.

Sus familiares lo llevaron hasta el Hospital General Docente Ambato donde lo ingresaron para limpiarlo y realizarle las primeras curaciones. “Todo parecía estar bien, no duró ni una hora en la sala de intervención para luego ya pasarlo a la de recuperación, donde conversó con nosotros, decía sentirse bien e incluso nos arrancó unas sonrisas con sus ocurrencias”, dijo Jaqueline.

La madre aseguró que al siguiente día le indicaron que tenían que intervenirle nuevamente, pues presentaba alguna complicación.

“Yo pensé que era una intervención de rutina, pues no había peligro, nunca me imaginé que le destrozarían la vida y desde ese momento no volvió a ser igual”, comentó consternada, mientras aseguraba que en el Hospital nadie le dijo nada de lo que le estaba ocurriendo a su pequeño.

Horas más tarde solo le dijeron que su hijo sufrió un paro cardiaco y estaba en terapia intensiva, pero que no comprendía porque le ocultaron las cosas, pues sabía que un paro cardiaco no dejaría parapléjico a su hijo.

Según Jaqueline un error en la aplicación de la anestesia o la falta de oxígeno durante la intervención, habrían sido las causas para que su hijo quede postrado en una silla de ruedas.

Dato
Si la ciudadanía puede ayudar en este caso debe comunicarse al 09 86 20 90 91.

Drama

Ya en terapia intensiva al parecer el pequeño requería de otros cuidados, por lo que los mismos médicos del Hospital General Docente Ambato decidieron su transferencia al Hospital Baca Ortiz en Quito, donde le dieron la mala noticia.

“Sentí que el mundo se me venía encima, nadie se imagina el dolor de saber que un hijo que era muy alegre y activo iba a quedar como un vegetal”, confesó, al tiempo de afirmar que fue allí donde los médicos le dijeron que sería una mala práctica médica, pues el daño que le causaron al niño fue muy severo.

“No hay un día que no llore por mi hijo, recuerdo sus ocurrencias, sus anhelos y esperanzas, las mismas que se destruyeron por completo”, dijo.

Tome nota
El pequeño requiere complementos alimenticios, sondas, pañales, artículos de limpieza, entre otros.

Pedido

Actualmente la madre y sus hijos solo piden justicia y un poco de solidaridad, pues tienen que gastar alrededor de 50 dólares diarios con su pequeño, ya que él se alimenta por una sonda insertada en su estómago, la misma que tienen que limpiar a diario, al igual que las mangueras que permiten la limpieza de su tráquea. Sin contar con las terapias físicas que deben realizarle, las mismas que tienen un costo de 15 dólares diarios.

“Yo salgo a trabajar de sol a sol para poder ayudarlo, pero ya no se alcanza”, confesó, mientras muestra las piernas y brazos atrofiados de Wilmer por no recibir la terapia.

“Desde el hospital nadie se ha hecho presente ni ha respondido por mi hijo, y en la Fiscalía tampoco me dan noticias del caso, a pesar de que se puso la denuncia por negligencia médica hace ya es más de un año”, aseguró.

Autoridades

Diario La Hora solicitó información a la Fiscalía de Tungurahua sobre este hecho, donde se manifestó que el caso aún está en investigación previa y por principio de reserva no pueden dar mayor información. Además, se aseguró que todo lo actuado ha sido notificado al abogado de la causa, incluso la última pericia que se ha enviado a Quito para que se realice una auditoría médica.

De igual forma desde el departamento de comunicación del Hospital General Docente Ambato, se indicó que al ser un caso que está en investigación no pueden brindar información para no entorpecer la misma.

Mientras tanto la familia vive en la angustia de no contar con los recursos ni el apoyo de las instituciones pertinentes para que Wilmer pueda llevar una mejor vida. (FCT)