Pekín, China AFP
Más de 200 personas murieron en las últimas 24 horas en China y se registraron 15.000 nuevos casos de infectados por el nuevo coronavirus debido a una modificación en el método de contabilizar a los enfermos, lo cual multiplicó la preocupación mundial ante la magnitud de esta epidemia.
Las malas noticias no afectan únicamente a China ya que en Vietnam, fronterizo con el gigante asiático, una ciudad de 10.000 personas cercana a Hanói fue puesta en cuarentena debido al COVID-19.
Y en Japón, una mujer de unos 80 años infectada con el nuevo coronavirus murió, con lo que el número de fallecidos fuera de China continental llega a tres, tras sendos decesos en Hong Kong y Filipinas.
Las autoridades chinas han anunciado que tan solo en un día 254 personas han muerto debido a esta epidemia y se han registrado 15.152 casos de infección adicionales. Es el balance diario más funesto desde que brotó el virus en diciembre.
Un total de 1.367 personas han fallecido en China continental y oficialmente otras 60.000 han sido contagiadas desde el inicio de la epidemia.
El impresionante aumento del número de infectados no hay que interpretarlo necesariamente como un empeoramiento de la situación, ya que se debe a una modificación en la forma de contabilizar a los pacientes, que amplía la noción de casos positivos.
A partir de ahora las autoridades chinas incluirán en el balance de contagiados a todos los pacientes cuya radiografía pulmonar muestre señales de neumonía, sin esperar a la prueba de ácido nucleico que hasta el momento era indispensable para confirmar el diagnóstico. Sin embargo, este test es más lento y laborioso y exige equipos que no siempre están disponibles, lo cual retrasaba el tratamiento del paciente.
Según la Comisión de Salud de Hubei, el nuevo método permitirá que los pacientes sean atendidos «lo antes posible».
Kentaro Iwata, profesor de la Universidad de Kobe (Japón) y experto en enfermedades infecciosas, calificó de «comprensible» el cambio de metodología.
Para Yun Jiang, especialista de China en la Universidad Nacional de Australia, se trata de una «medida pragmática» ante la carencia o el retraso de métodos de detección más precisos.
Dirigentes destituidos
Sin embargo, el aumento de los casos y la modificación de los criterios médicos hizo aumentar el miedo a que la magnitud de la epidemia se haya subestimado.
Este jueves, dos dirigentes del Partido Comunista Chino (PCC) en Hubei, provincia del centro del país cuya capital es Wuhan, ciudad donde brotó esta epidemia, fueron destituidos.
Uno de ellos es el principal responsable del PCC en Hubei, Jiang Chaoliang, que fue reemplazado por el alcalde de Shanghái, Ying Yong, dirigente cercano al presidente chino Xi Jinping.
A las autoridades chinas, sobre todo a las de esta región, se les reprocha una mala gestión de la crisis en especial cuando surgieron los primeros casos.
El descontento popular se transformó en clamor tras la muerte, el 7 de febrero, del médico de Wuhan, Li Wenliang, de 34 años, que murió debido al nuevo coronavirus y fue uno de los primeros doctores a alertar del peligro que representaba la enfermedad. Sin embargo, sufrió una reprimenda oficial por divulgar «rumores».
Temor mundial
En este momento, China mantiene a 56 millones de personas en una gigantesca cuarentena en Hubei y restringe los movimientos de varios millones más en diversas ciudades.
Michael Ryan, jefe del departamento de emergencias sanitarias de la OMS, señaló el miércoles «que es demasiado pronto para tratar de predecir el […] fin de esta epidemia».
Fuera de China, se confirmaron unos 500 casos de contagio en 30 países. Hasta el momento no se han registrado casos en América Latina y África.
Un crucero estadounidense, al que se le prohibió atracar en cinco puertos asiáticos por temor al nuevo coronavirus, llegó este jueves a Camboya, donde sus 1.455 pasajeros podrán finalmente desembarcar.
El temor internacional al contagio llevó también a la anulación del Congreso Mundial del Móvil de Barcelona, que debía realizarse del 24 al 27 de febrero.
Dado el peso económico de China, gran productor y como consumidor mundial, la propagación del nuevo coronavirus tiene influencia en múltiples sectores y regiones.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) revisó este jueves drásticamente a la baja sus previsiones de demanda mundial de petróleo para 2020.