Son las cinco de la tarde, Jordy corre hasta su habitación para dejar la funda de caramelos que carga en sus manos. Su madre lo mira. Jordy ahora, corre hasta el patio, se va a jugar. Su madre lo mira, por última vez.
Es lunes 4 de enero de 2021, las celebraciones pasaron y ahora, la familia de Jordy prepara el funeral. Jordy, era un niño de siete años, vivía con su madre, una mujer de 26, en el sector Luz de América en Montalvo.
Desde que el niño salió a jugar, pasa una hora y media. La mamá empieza a preguntarse por su hijo. En casa nadie lo ha visto. Lo busca por adentro y por fuera, no lo encuentra.
Los minutos van pasando, la angustia se acelera. La madre pide ayuda a la familia. Un tío político de Jordy, revisa en las cámaras de seguridad de su casa pero no halla nada.
Parece que al niño se lo tragó la tierra. La familia vive 45 minutos de impaciencia que de pronto se transforma en dolor.
Son las 19:15. Perdido entre las aguas verdes de un tanque reservorio, está flotando el cuerpo de Jordy. Tiene un pantalón azul y una camiseta verde.
Lo sacan de inmediato, desesperados llaman al 911, Jordy no respira pero la esperanza es lo último que pierden. Al lugar llega un paramédico quien solo confirma lo inevitable. El niño de siete años está muerto.
No hay más que hacer, la familia, la madre, lloran a su muerto.
La Policía llega a hacer lo suyo. Investigan, toman versiones, verifican los hechos.
El tanque en donde se cayó Jordy medía 12 metros de largo, nueve de ancho y cuatro de profundidad. El niño no tenía signos de violencia.
Los agentes de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) hacen el levantamiento del cadáver, que es llevado hasta el Centro Forense en Ambato.
Es martes 5 de enero de 2021, las celebraciones pasaron y ahora, la familia de Jordy prepara el funeral. (APQ)
EL DATO
Para cualquier emergencia comunicarse inmediatamente al ECU911.