
Redacción TULCÁN
Cada 25 de julio se conmemora el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente. El origen de esta fecha fue en 1992, cuando mujeres ‘afro’ se congregaron en República Dominicana para combatir situaciones raciales desde la perspectiva de género.
Ayer, una moderada llovizna cubrió la ciudad de Tulcán en horas de la mañana. Como todos los jueves, la feria se hacía presente en el mercado San Miguel. Las voces de las ‘caseritas’ trinaban a los alrededores, algunos ciudadanos paseaban por los puestos buscando los ingredientes para preparar el almuerzo. Cerca de donde se expende los productos del mar se encontraba Barbarita Lara, una mujer afrodescendiente que lleva prestando 42 años de su servicio al interior de este sitio.
Ella es originaria de Piquiucho, comunidad del Valle del Chota perteneciente a la provincia del Carchi. En su negocio dispone de frutas y verduras que con amabilidad expende a los clientes que circundan su puesto.
Mujeres luchadoras
Al conmemorarse el Día de la Mujer Afrodescendiente, Barbarita comentó: “todas las mujeres negras a pesar de todas las caídas que se tiene siempre estamos de pie. Las cosas para uno siempre van a ser duras, somos unas mujeres luchadoras”.
Su familia vive en Piquiucho, Barbarita tiene dos hijos. Esbozando una gran sonrisa, manifestó que seguirá ejerciendo sus funciones en el mercado hasta el día de su muerte. Se considera una mujer orgullosa y feliz por ser afrodescendiente.
Orgullo afro
Sentada alrededor de rojos y brillantes tomates, verdes pimientos, aromáticas papayas y rugosas yucas estaba Sandra de Jesús quien lleva 20 años de labor al interior del mercado. Es originaria también de Piquiucho.
Sobre el onomástico de la mujer afrodescendiente, ella contesto: “más que un orgullo, una se siente dichosa de ser negra, es la descendencia de nuestros padres y abuelos. Me siento orgullosa de ser afroecuatoriana”.
Actualmente disfruta de un matrimonio con tres hijos, con su trabajo aporta a la educación se su hija que cursa la universidad. “Nosotros no podemos solamente valer por el color, sino por la personalidad que tenemos. Seremos negros de raza pero tenemos un corazón grande, limpio y sincero”, añadió Sandra.
En el Mercado Central
Descendiendo por la calle Sucre, se avizoraba a los ciudadanos que desfilaban con paraguas de distintas tonalidades para cubrirse de la lluvia, los que no disponían de los mismos rápidamente buscaban ‘escampar’ al interior del Mercado Central, lugar donde labora Eudocia Pabón.
Ella es originaria de El Juncal (provincia de Imbabura) y lleva 20 años cumpliendo sus funciones dentro de este sitio. En el marco del homenaje a la mujer afrodescendiente comentó que se identifica como una persona luchadora, fuerte y valiente y feliz a pesar de las inclemencias.
Las frutas y verduras que expende provienen desde Ibarra, pero los aguacates los produce en su pequeña finca. En sus ventas busca atender con amabilidad a sus clientes. “Yo les digo tomen un tomatito o un pimiento como yapa, de esa manera se sienten halagados y regresan”.
Actualmente está casado y tiene 5 hijos que viven en Quito. Cuando se dirige a su domicilio gusta de cocinar la gastronomía típica, preparando sancocho, seco de gallina o platillos acompañados de frejol, además mencionó que le gusta bailar música bomba. “Mi mamacita sabía bailar con una botella en la cabeza, yo también hago lo mismo y cuando escucho las bombas me pongo feliz”, agregó. (APRN)