Los taxistas, testigos de Quito

Un trabajo que implica riegos cuando los niveles de inseguridad en la ciudad se han incrementado, es el taxismo, sin embargo, esta labor tiene sus beneficios econicos porque a partir de las 21h00 las carreras se cobran sin los taxetros. Debido a los peligros de la noche muchos taxistas han optado por trabajar icamente el d pero existe otro nero de conductores de vehulos amarillos que le retan a la oscuridad para ganarse el sustento de su familia. Preferiblemente, las mayores ganancias se logran los fines de semana, en especial, los viernes y sados, cuando la farra se enciende en las discotecas, bares, cantinas y dem lugares de diversi nocturna. En las noches se encuentra con todo tipo de gente, borrachos, drogadictos, homosexuales, ladrones, quienes se convierten en pasajeros , relata Oswaldo Moya, taxistas por 15 as. Durante este tiempo ha vivido diferentes andotas, unas buenas y otras malas como aquel d que intentaron robarle su carro. Nosotros debemos examinar al pasajero antes de llevarlo, nos volvemos psicogos, especialmente, en las noches porque cuando se muestran sospechosos es mejor no parar el auto , comenta. Pero, los malos momentos tambi formaron parte de la vida de Oscar Tapia, taxista desde hace 22 as, quien recuerda que en una carrera lleva la ccel a unos agentes que detuvieron a dos jenes, pero al d siguiente encontren su carro un paquete peque de droga, que asustado lo arroja la alcantarilla en presencia de sus comparos. Tenemos que andar con los ojos bien abiertos porque nadie sabe qutipo de pasajero se subiral taxi , indicOswaldo Moya, quien considera que este trabajo es de gran riego porque la ciudad dejde ser tranquila . En cambio, Edwin Illescas, taxistas por 7 as, coment que cuando trabaja por la noches no acepta nada que le regalen los pasajeros porque un comparo se dejllevar por los encantos de una bella mujer y le robaron el carro. Pese a los peligros nocturnos, le gusta el trabajo de taxista por las mujeres hermosas que tengo que llevar , comenta sonriendo, pero no le gusta coger pasajeros en estado etico porque no le pagan las carreras, dijo. Incluso, los sitios alejados de la ciudad son negados por los taxistas, que conocen cada rinc de Quito, icamente, los nombres de muy pocos barrios se escapan del mapa de los conductores de los carros amarillos.