Pueden ser una herramienta fantástica de contacto, y también convertirse en una fuente de conflicto.
Marieta llega a casa luego de una larga jornada de trabajo y Pablito, su hijo, no hizo la tarea porque no sabe cómo resolverla. La mamá de inmediato escribe al grupo de WhatsApp de Quinto “C” …
– Queridos amigos, ¿cuáles son las tareas para mañana?
– ¿Alguien resolvió el ejercicio de matemática?
– ¿Qué materiales necesitan para ciencias?
– ¡Qué bárbara la profesora, tantas tareas que envía!
De inmediato inunda un torbellino de imágenes y mensajes en las pantallas de los teléfonos, solidarizándose con la familia y solucionando sus demandas, todo esto, mientras Marieta y Pablo cenan con la más profunda calma, porque el problema de las tareas, ya está resuelto.
Muchos se identificarán con esta situación y coincidirán que hoy en día lo más normal es pertenecer a algún grupo de WhatsApp de padres de la escuela, según el número de hijos tenemos varios, o según el número de actividades extraescolares a las que asistan y a través de ellos nos dedicamos a preguntar: ¿qué deberes hay para hoy?, ¿cuándo es el examen de lengua?, ¿alguien llevó a casa por error el sweater de mi hijo? ¿alguien sabe qué sucedió en el patio?, llegan fotografías de tareas resueltas y no resueltas, aunque, en ocasiones hay situaciones que van más allá.
Padres hiperprotectores
Este tipo de padres hiperprotectores tienen muy claro que sus hijos deben cumplir con sus tareas, obtener un 10 y claro, no quieren perder ni un detalle de las situaciones académicas de sus hijos; en un inicio parecería ser buena idea estar informado y al tanto del mínimo detalle, más son los niños quienes deben gestionar su material escolar, llevar su agenda de actividades, sus deberes y estudiar.
Los padres deben enseñar la organización de las actividades, pero la gran mayoría transmite desconfianza a sus hijos y al final los niños reciben este mensaje: “mi mamá está pendiente de los deberes que tengo porque no confía en los apuntes de mi agenda” si el niño olvida algo, se justificará diciendo: “no pasa nada, ya está mamá para solucionarlo, ¡igual da, ya se lo preguntará a alguien!
Los grupos de WhatsApp de padres pueden ser una herramienta fantástica de contacto, y también pueden convertirse en una fuente de conflicto, chismes y mecanismos de excesivo control sobre todo cuanto sucede en la escuela de los niños.
En mi opinión, el peligro no es la herramienta, sino el uso que hacemos de ella, nos hemos convertido en “ayudantes particulares de nuestros hijos” debemos tener cuidado, ellos podrían no asumir responsabilidades que corresponden a su edad porque sus padres los libraran al paso, esperaran instrucciones para actuar disminuyendo de esta manera su habilidad proactiva, como padres nuestra misión es lograr el empoderamiento hacia sus responsabilidades, debemos transmitirles seguridad en la toma de decisiones, fortalecer su autoestima, estimular el desarrollo de su autonomía y educar en la responsabilidad.
Criterio de experta
Alba Caraballo Folgado, periodista de la revista Guía para padres, indica que nunca en el grupo de WhatsApp de padres debemos comentar temas que son privados; criticar al profesor, convertir el grupo en un espacio de rumores o comentarios sobre hechos que ocurren en la escuela, entre niños o profesores, ser la agenda escolar del niño, tener peleas ante otros padres o colgar contenido ajeno a la escuela.
La tecnología se ha instalado desde hace unos años en nuestras vidas con sus beneficios y peligros. Usémosla de manera responsable y asertiva. (Patricia Carrión Pilco, Psicóloga Infantil)
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La tecnología se ha instalado desde hace unos años en nuestras vidas con sus beneficios y peligros.