Libros son caros porque los lectores son pocos

En Colombia y Perú los ejemplares cuestan la mitad. Ecuador tiene pocas casas editoriales.

María Pilar Duarte tiene 26 años y es estudiante de filosofía y letras, se describe como una apasionada y frustrada amante de los libros.

“Digo frustrada porque es difícil conseguir ciertas obras y, cuando las encuentras, son caras o piratas”, afirma.

Hace tres meses viajó a Bogotá (Colombia) y sintió que llegó a un paraíso literario. No solo encontró ejemplares que consideraba que son difíciles de hallar, sino que sus precios “eran como para traer dos maletas con libros”.

“Había obras de 30.000 pesos, más o menos 9 dólares y un poco más”, mientras dice que no entiende cómo se busca crear una cultura de lectura en el país cuando el acceso a los libros es complejo.

Factores
Fernando Ruiz, vendedor de libros, afirma que en el país hay muy pocas casas editoriales y que algunas de las que existen son muy pequeñas y solo editan documentos locales.

“Los libros aquí los consigues importados y el costo aumenta porque vienen en euros”, señala.

Ruiz dice que en Colombia y Perú los libros se pueden conseguir incluso a la mitad de precio. Esto se debe a que el vecino país cuenta con un número significativo de casas editoriales que distribuyen directamente.

Simón Peña Vega, gerente de una casa editorial, señala en que el principal problema es que Ecuador es un país con pocos lectores.

EL DATO
Ecuador presenta bajos índices de lectura. Según el Centro Regional de Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlac), cada ecuatoriano lee medio libro por año.“En medios donde el público consume y lee muchos libros se hacen grandes tiradas. Aquí solo se venden libros escolares y de colegio, el resto de temas todo debemos importar porque el consumo es muy bajo”.

El experto, quien asegura haber leído más de 500 obras, explica que los principales lugares desde donde se importan los ejemplares son Inglaterra, España y EE.UU.

Iván Peña, director de Lobolunar, coincide en que el costo elevado de textos en el país se debe al tamaño del mercado y al nivel educativo ecuatoriano, que no se enfoca en la gestión de la lectura como una herramienta básica para potenciar el aprendizaje y el desarrollo de las personas.

Reitera que la falta del hábito de leer y comprar libros son factores que han mermado la posibilidad de éxito de las librerías.

Otro factor que identifica es la ausencia de distribuidores.

“Si no hay distribuidores, cada librería debe buscar la forma de abastecerse de productos para llenar sus perchas y tienes que tener un groso billete para poder invertir en el inventario”, añade.

Consecuencias
A decir de Ruiz, todos estos factores contribuyen a que exista tráfico de libros y piratería. “Si eres un buen lector te vas a sentir a gusto con el tipo de libro que lees, es decir, un buen material, buen papel y sin saltos de página”, indica el vendedor, mientras señala que es notoria la diferencia que hay entre un libro pirata y uno de casa editorial.

Soluciones
Peña indica que apoyar distintas aristas como el cómic o el manga permite desarrollar la lectura y ese es un tipo de estrategia para que la gente se interese por leer.

Recalca que el cine es otro eje que apoya a que se vendan ciertas sagas y se atraiga a jóvenes lectores. Sin embargo, para que los chicos se involucren dice que es importante hacer que la lectura sea libre y divertida. “Dando más acceso y no imponiendo la lectura como tal”.

Peña aconseja que las instituciones educativas deben identificar los gustos y preferencias de los estudiantes antes de iniciar los planes lectores (AVV).

FRASES

La escritura es la pintura de la voz”. Voltaire.

Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. Jorge Luis Borges.

El libro es fuerza, es valor, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”. Rubén Darío.

Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra”. James Russell Lowell.

Un libro es una prueba de que los seres humanos son capaces de hacer magia”. Carl Sagan.

Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma”. Cicerón