La calle Loja, a la altura de El Tejar, en el Centro Histórico, acoge desde hace 17 años a comerciantes informales. Durante todo el día hay decenas de vendedores ofreciendo ropa, alimentos, agua y cigarrillos. Muchos se han desplazado de sectores, como La Marín, por de los operativos de control.
Su presencia mantiene preocupados a los cerca de 10.000 vendedores que todavía están en los Centros Comerciales del Ahorro. Un grupo de ellos también se ha animado a salir a la calle con sus productos, porque no hay ventas. De esta forma complican aún más el espacio público.
Gabriela Salinas es una de las 5.450 vendedoras que hace más de 17 años dejó las calles para ingresar a estos centros comerciales. Ella denuncia que en los exteriores no solo que se vende lo mismo que adentro de los locales, sino que hay venta pública de cigarrillos de contrabando, y que se consume y se vende droga.
Poco control
En el sitio hay presencia de personal del Cuerpo de Agentes Metropolitanos de Control que son fácilmente superados por los comerciantes en número. Según los comerciantes formales, el problema se agudiza en la noche pues llegan más vendedores, principalmente extranjeros con alimentos preparados.
Para los vendedores que son parte de las asociaciones no hay un programa que atraiga a los clientes. Las iniciativas se desarrollan los fines de semana y los lunes únicamente se atrae a vagabundos y libadores.
Sandy Campaña, administradora zonal informó que están coordinando acciones con la Policía Nacional y con otras entidades de control para desalojar a los comerciantes que están en los exteriores de los Centros Comerciales del Ahorro.
El coronel de Policía Patricio Saravia, jefe de la Unidad Manuela Sáenz, dijo que entre 600 y 700 libadores son retirados durante los fines de semana del Centro Histórico y de la zona. Complementó que se realizan labores de inteligencia, interceptando a los sospechosos, a quienes se les fotografían los rostros y las manos, y si los patrones se repiten los detienen. (PSD)