Jóvenes combinan el estudio y trabajo

SITIO. Alrededor del mercado Modelo están los jóvenes informales.
SITIO. Alrededor del mercado Modelo están los jóvenes informales.

La situación económica que les tocó a enfrentar a muchos adolescentes y jóvenes indígenas les obliga a trabajar para poder estudiar, es así como combinan su día a día entre su empleo, las tareas escolares y la asistencia a las aulas.

Algunos de ellos, incluso son menores de edad y a pesar de que el trabajo para ellos es ilegal se ven en la necesidad de hacerlo para poder superarse. La mayoría se dedica a empleos informales, heredados por sus familiares.

En la calle Juan Benigno Vela y Mariano Egüez a las 11:00 está Martha, de 17 años, arrimada a una pared, cubierta la cabeza con una chalina rosada junto a su canasto espera que lleguen los clientes a comprarle habas con queso.

No tiene muchas ganas de hablar pero lo hace. Cuenta que está estudiando en el colegio, pero en las mañanas le ayuda a su madre en las ventas.

“Nadie me obliga, pero como necesitamos el dinero yo también colaboro, estudio en la tarde y en las noches hago las tareas”, cuenta.

Un caso similar es el de Jonathan que tiene la misma edad, él se ubica a las afueras del mercado Modelo con su betún, está en el último año de colegio.

“A veces también trabajo como cargador o de lo que haya, estudio en la noche, quiero acabar el colegio e ir a la universidad, pero mis papás no pueden mantenerme porque no les alcanza”, menciona Jonathan.

Con 28 años, Miguel, es estudiante de Derecho, “quiero ser abogado, voy a clases desde las seis de la tarde hasta las 10 de la noche y en mis tiempos libres trabajo”.

Miguel dice que su mamá le ayuda un poco, pero como son de bajos recursos debe combinar sus actividades para mantenerse. El joven vende en la calle cepillos y escobas desde hace cuatro años.

Datos

Según la Encuesta Nacional de Empleo, Desempleo y Subempleo (Enemdu) del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC), la tasa de desempleo en Ambato pasó de 3,4% a 4,0% en el último año, lo mismo ocurrió con el subempleo que aumentó 2% en el mismo periodo de tiempo.

Al no existir fuentes de trabajo estable, la pobreza fue otro indicador que varió de 6,8% en junio de 2019 a 8,3% al terminar el año.

Este porcentaje posesionó a la ciudad entre las tres con más personas de bajos recursos después de Guayaquil con 11,2% y Machala con 9,2%. (APQ)