Jaime Nebot al filo de la turbulencia política

ENTREVISTA. Nebot atendió, por separado, a La Hora y otros tres medios en un hotel de Quito, minutos antes de presentar su biografía.
ENTREVISTA. Nebot atendió, por separado, a La Hora y otros tres medios en un hotel de Quito, minutos antes de presentar su biografía.

POR: Alexis Serrano Carmona

Jaime Nebot llegó tarde y precipitado por dos motivos. El segundo será el tráfico de Quito. Pero el primero fue el vuelo que hizo desde Guayaquil en un avión King Air privado, con capacidad para siete personas. Un avión con matrícula de EE.UU., que alquila a una empresa de supermercados y que esa tarde se movió mucho, porque hubo turbulencias.

Minutos antes de la entrevista, uno de los hombres de más confianza del exalcalde me contó que el techo traqueteaba y que se sentía todo tan fuerte, que Nebot se asustó y estuvo a punto de ordenar que el piloto diera marcha atrás y volviera a Guayaquil. Pero cuando empieza la entrevista Nebot trata de no perder su imagen de hombre duro. “Bueno, hay gente que le tiene miedo a los aviones, yo les tengo respeto”, me dijo. “Se movió porque había turbulencia, pero nada del otro mundo”. Aunque, enseguida, un atisbo de debilidad: “Es muy buen avión, pero sí se movió bastantito”.

Nebot estuvo en Quito la semana pasada para presentar un libro escrito sobre él. Un libro que titularon ‘Jaime Nebot: el camino a la prosperidad’. Un libro que, pese a que él durante el acto se esmeró en decir que no tenía fines proselitistas, podría ser el inicio de cualquier campaña electoral. El líder del Partido Social Cristiano acepta que hay “un entusiasmo” por verlo a él como candidato presidencial el próximo año y que pronto deberá anunciar su decisión. ¿Qué le ilusiona? ¿Qué le aleja de esa candidatura? Entre eso y otros menesteres, se da la entrevista.

En el libro se hace énfasis en que la economía es lo primero. En que sin buena economía no se puede hacer nada. ¿Por qué?
Usted habrá oído a mucha gente decir, estando en el Gobierno, ‘aquí lo político es lo primero’. Y después lo social, y después lo económico. Yo creo que es al revés, porque si usted administra bien; es decir, maneja bien la economía, gastando poco e invirtiendo mucho, usted tiene el dinero para resolver lo social. Lo social no se resuelve sin conciencia social, pero tampoco se resuelve solo con conciencia social. Tiene que resolverlo con dinero.

Y ese modelo no es solamente aplicable a un gobierno local.
¿Por qué sería aplicable solo a un gobierno local? Yo respeto las ideologías y los partidos, pero no creo que la solución de ningún país está en las ideologías, ni en los partidos. O está en lo que yo llamo la ideología de la prosperidad: administrar bien, con conciencia social; endeudarse a largo plazo, barato y solo para hacer obra pública; no vender las empresas del Estado, sino administrarlas bien; andar de la mano de la empresa privada, que puede resolver muchas cosas. Dígame en contra de qué ideología puede estar eso. Cuando llegué a la Alcaldía de Guayaquil mi primer reto era demostrarme a mí mismo que mi discurso era posible.

¿Y cree que se lo demostró?
Creo que lo he llevado a la práctica con éxito. Con la ayuda de un pueblo que cuando comienza a ver que progresa, empieza a dejar de ser parte del problema y se vuelve parte de la solución. Que no quiere milagros al día siguiente, sino que ve que esto es una escalera de progreso.

Dice que las ideologías no solucionan nada. ¿Es como la frase del presidente Moreno de que hay que producir con la derecha y repartir con la izquierda?
No. Hay que saber producir; para saber producir hay que saber administrar; y luego hay que repartir con conciencia social a los que más necesitan. No es que la conciencia social es un patrimonio de la izquierda. Y no es que administrar bien es un patrimonio de la derecha, porque la derecha ha quebrado muchos países también.

Pero, si le piden que se ubique en un rango ideológico, ¿quiere estar un poco más al centro que antes?
Estoy ubicado en la ideología de la prosperidad. Porque ambas tienen cosas buenas: la izquierda y la derecha, pero tomadas por separado no funcionan. El Estado y la empresa privada son indispensables, pero en un equilibrio en el que el uno no perjudique al otro; si las dos cosas son positivas, hay un gran beneficiado: el pueblo en su calidad de vida.

En el imaginario de la gente, el Partido Social Cristiano está a la derecha. A la extrema derecha. ¿Este discurso suyo es ya estrategia electoral?
Mire, la gente tiene imaginarios colectivos y no son iguales en todas las provincias del país. En la Sierra hay más esa imagen, porque en cierta parte de la Sierra el partido no ha tenido la actividad que ha debido tener y yo siempre lo he criticado. En mi caso, no es un discurso, sino una realidad durante 19 años de administración. Ahora, le guste o no le guste a la gente de mi partido, ese es mi discurso y es el discurso por el que voy a luchar, sea candidato o no. Al que no le guste tiene derecho a discrepar, pero yo no voy a cambiar.

Le habrán preguntado cientos de veces si va a ser candidato. Pero, ¿cuándo cree que es el momento oportuno de tomar la decisión?
Yo tengo que tomar una decisión pronto y lo voy a hacer, porque sea yo el que lleve esa bandera de la prosperidad u otro, un año me parece un tiempo prudencial para decidir. En primer lugar, no creo que servir esté ligado al ejercicio de un cargo. En segundo lugar, es pública la posición de mi familia en pro de mi no permanencia como funcionario público. Es algo que tendré que resolver y lo voy a resolver pronto.

Pero en Los Ríos y en Durán hay letreros que dicen: ‘Nebot es prosperidad’ y ‘Nebot 2021’.
Y tuve que mandar una carta pública y privada a quien pinta eso, diciendo que le agradezco su apoyo, pero que no lo haga. Hay un entusiasmo, es verdad y voy a ser absolutamente franco: esta es una misión muy noble, pero ese apego al poder yo no lo tengo.

¿Si hacemos un ejercicio rápido de decir dos cosas que lo lleven a ser candidato y dos que lo alejen?
Eso se lo diré el día en que tome la decisión.

Empezamos hablando de la economía. ¿El estado grave de la economía actual es una de las cosas que lo alejan de la candidatura?
La economía es muy mala. La posición del Ecuador es paradójica: un país que tiene todo para estar muy bien, no me explico por qué está tan mal. Estamos llegando al límite en el que la gente está perdiendo la paciencia. Pero esa no es una de las razones en contra de la candidatura. Creo que los retos son difíciles, pero creo que este país sin duda tiene salida; no es milagrosa, quien diga que va a pasar mañana está mintiendo, pero lo que hay que hacer es claro y hay que ser claro también al decir que eso toma su tiempo. La escalera de la prosperidad.

¿Cuál es el tope máximo de tiempo para tomar esa decisión?
Será en marzo, sin duda alguna.

FRASES

Lo social no se resuelve sin conciencia social, pero tampoco se resuelve solo con conciencia social. Tiene que resolverlo con dinero”. Tomaré mi decisión en marzo, sin duda alguna”.

Tomaré mi decisión en marzo, sin duda alguna”.

“La economía es muy mala. Estamos llegando al límite en el que la gente está perdiendo la paciencia”.