Según el Gobierno, las pérdidas acumuladas en los últimos años superan los $300 millones. Un grupo de 700 extrabajadores buscan adquirir los activos con ayuda de inversionistas privados.
El comandante Andrés Muñoz, representante del colectivo Justicia para Tame, explicó que la propuesta de comprar la empresa pública nació desde el inicio de la pandemia.
Una suma de negligencia y falta de gestión, que incluye que Tame no haya sido tomada en cuenta para los vuelos humanitarios, les convenció de que tenían que buscar soluciones por ellos mismos.
Antes de la notificación de la liquidación, el 18 de mayo, 700 personas presentaron varios planes para salvar a la empresa, como fortalecer la institución como línea de carga y centrarse en los destinos nacionales, dejando los internacionales que generaron grandes pérdidas
“El Ministro de transporte nos dijo que muchas gracias, pero que el Gobierno ya había tomado una decisión. Pero no nos quedamos ahí y buscamos otros caminos”, acotó Muñoz.
Estrategia
Se sumó el apoyo de un grupo de inversionistas privados, con experiencia en el campo aeronáutico, a través diferentes compañías (renta de aviones, venta de aviones, servicios de tierra).
Con ese aval, los extrabajadores han entregado una carta al subsecretario de transporte aéreo, Pablo Galindo, donde se expresa la intención de comprar los bienes de Tame.
“Tame no tiene avaluados sus bienes. No sé cómo piensan venderlos. No se sabe cuánto tiempo va a tomar eso”, afirmó.
Además, desde hace un mes y medio reposa una carta con la misma propuesta, en el despacho de Juan Sebastián Roldán, secretario general del gabinete de la Presidencia.
Las gestiones no han dado resultados y los extrabajadores temen que, con el posible cambio del actual gerente de Tame, Esteban Riofrío, todo vuelva al punto de partida.
Todos pierden con la liquidación
A pesar de que reconocen que la empresa generó pérdidas de $311 millones en los últimos años, los miembros de Justicia para Tame consideran que todo es el resultado de malos, antitécnicos e irresponsables manejos políticos.
“Fue una decisión bastante apresurada del Gobierno. No se supo ver el valor de tener algo propio. Se está botando a la basura 57 años de historia”, acotó Muñoz.
Desde el 18 de mayo de 2020, el plazo de liquidación de Tame -210 días- empezó a correr.Además, lamentó que, mientras sigue pasando el tiempo sin soluciones a la vista, los aviones están en tierra desvalorizándose.
Este diario consultó con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas sobre su posición oficial con respecto a la propuesta de los extrabajadores de Tame; pero, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. (JS)