¿Está Coca Codo Sinclair en una ‘bomba de tiempo’?

Vulnerabilidad. La zona donde está la infraestructura cambia constantemente por fenómenos naturales.
Vulnerabilidad. La zona donde está la infraestructura cambia constantemente por fenómenos naturales.

Redacción QUITO

EFE

El colapso de la cascada San Rafael, en el límite entre Napo y Sucumbíos, puso en alerta a expertos como Esteban Suárez, doctor en Ecología y Conservación de Ecosistemas de Montaña, Geología y Fauna Silvestre, quien considera que se deben realizar estudios de infraestructuras cercanas a zonas naturales vulnerables.

Es el caso de Coca Codo Sinclair, una de las principales represas del país, que está en una zona que tiene peligro volcánico a menos de 20 kilómetros y ríos increíblemente dinámicos.

Suárez sostiene que se debería investigar si la construcción de esta represa Coca Codo Sinclair exacerbó o no los procesos naturales del río. «Si una represa genera una modificación importante del patrón de movimiento de sedimentos, eso podría alterar los patrones de erosión y terminar modificando la parte geomorfológica de una cascada».

Para este experto con estudios en Ecuador y EE.UU., el colapso de la pared desde la que se precipitaba el agua demuestra «lo dinámica que es la geología en la zona», en la que también hay un volcán en proceso de erupción, el Reventador, y varios ríos con patrones de cambio constante, pues la cordillera por la que fluyen es aún joven.

Además, apunta que colapsos como el de la cascada «muestran que, básicamente, la hidroeléctrica está asentada en esta especie de bomba de tiempo».

Teniendo en cuenta que dos terremotos en 1987 provocaron derrumbes de montaña dañaron un oleoducto en la zona, Suárez asume lo ocurrido como una señal de alarma. “Seguimos construyendo represas, carreteras, oleoductos, en zonas que son extremadamente volátiles desde el punto de vista geológico y volcánico».

El investigador de la Universidad San Francisco de Quito, insiste en que se trata de una zona «increíblemente sensible» y de «muchísimo riesgo geológico», por lo que el colapso de la cascada -independientemente de sus razones- debe servir de alerta de cara a la planificación de nuevas infraestructuras.

Las causas
Según las primeras investigaciones, el colapso de la cascada, que se formó hace «varios miles de años» cuando el río Coca se encontró con una pared de roca formada con lava del volcán Reventador, se dio por un proceso de erosión hídrica.

El vulcanólogo Pablo Samaniego, miembro del Instituto francés de la Investigación para el Desarrollo (IRD), recuerda que esa «erosión retrógrada» se explica porque la caída del agua carcome paulatinamente la base de la pared, por lo que esta tiende a desplomarse cada cierto tiempo y hace que la cascada retroceda.

Aunque la indagación de las autoridades y expertos sigue abierta, eso es lo que aparentemente ocurrió en la de San Rafael, con la particularidad de que ya no había más pared de roca hacia atrás y «el río se encontró con un material más fácilmente erosionable».

El fenómeno abrió un inmenso cráter de unos «100 o 200 metros» de diámetro, por donde ahora se precipita el agua en tres vertientes.

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Lo que se perdió

° La caída de agua tenía una caída de 150 metros de alto por 14 de ancho.

° Nació de las confluencias de los ríos Quijos y el Salado, que formaron el Coca.

° Entre 15.000 y 20.000 personas visitaban este destino cada año.