Olores fétidos se perciben desde lejos y cerca en las cinco hectáreas de terreno donde se ubica el botadero de basura, en la vía Carlos Concha Torres, en dirección sur de la ciudad, ingresando por el barrio Esmeraldas Libre.
A su costado derecho un montón de botellas plásticas, la vía un poco inaccesible para los carros recolectores que ingresan cada 10 minutos a dejar los desechos sólidos e infecciosos.
Al otro lado, el izquierdo, está un cementerio de carros recolectores destruyéndose por el agua y el sol, que han sido dados de baja por el Municipio. Muy cerca unos conteiner color verde que hace algún tiempo estuvieron colocados en sitios estratégicos de al ciudad.
Además, muy cerca al conteiner verde se observa una especie de cajón blanco de plástico con una leyenda que dice “desechos hospitalarios”, que no deben ser depositados en ese lugar porque tiene que recibir otro tratamiento, pero los botan ahí.
Sin protección
En el fondo del botadero se observa a unas siete personas que reciclan toda clase de materiales, pero sin la debida protección, a pesar que en la entrada hay un letrero blanco con letras celestes que indica la forma como deben estar protegidas las personas en ese espacio, para evitar la contaminación y por ende enfermedades. Tampoco quien conducía un tractor.
Es evidente que los recicladores no usan ninguno de esos implementos, como chalecos, mascarillas, guantes y botas. Asimismo, un solo tractor mueve los desechos de un lado para otro, pero no es suficiente para la montaña de basura confinada en el sitio.
Al respecto, el director de Higiene Municipal, Miguel Ramírez, dijo que son dos de esas máquinas, pero que el otro está en mantenimiento.
Alrededor de 30 toneladas diarias de basura se botan en ese espacio de cinco hectáreas, que no es tratada de manera técnica y que, de acuerdo a como va desarrollando Esmeraldas, requiere contar con un sistema moderno de procesamiento de los desechos para evitar la contaminación del ambiente y del río Teaone donde van a parar los lixiviados (líquidos).
Nueva alternativa
Como una solución al problema del botadero de basura a cielo abierto, que no es apropiado, ni tampoco el relleno sanitario, el docente universitario y especialista en energía, Amado Recio Recio, detalló que la Universidad Luis Vargas Torres, ha aprobado y ejecuta un proyecto con una tecnología que le parece la más adecuada.
Explicó que ocupa poco espacio como es la de los túneles que consiste en la construcción de una serie de garajes que se los cierra de manera hermética y genera un proceso de digestión a la anaerobia (ausencia de oxigeno).
En ese proceso hay una bacteria que se produce y absorbe la basura y la convierte en un metal inofensivo, que es muy rico para la agricultura, tiene potasio, nitrógeno y fósforo. Igualmente, los lixiviados se recogen ahí mismo en un tanque y se vuelven a reutilizar para aumentar el proceso.
Selección de basura
Recio detalló que previo a ese proceso se selecciona la basura, donde salen objetos que se pueden reciclar; asimismo daría trabajo a un grupo de personas, porque se realiza con una serie de normas de seguridad y de salud.
Por la importante que se proyecto en Esmeraldas, convocó a instituciones públicas y privadas para que se sumen al proyecto, que en tres años ya podría aplicarse.
PARA SABER
El proyecto que ejecuta la Academia de Esmeraldas, cuenta con el asesoramiento técnico del Departamento de Sanidad Ambiental de la Universidad de Minayaray de Brasil.
Quedan atrás los
rellenos sanitarios
Hace más de 10 años países desarrollados como Estados Unidos, de Europa y otros, los científicos se dieron cuenta que, a pesar de la manta que se le pone debajo del relleno sanitario, se producían filtraciones por las membranas y eso iba al manto freático (subsuelo).
Es ahí que pudieron determinar que alrededor de los rellenos sanitarios se va produciendo un grupo de enfermedades muy serias y afectaron a las poblaciones. Por ese motivo optaron por otros mecanismos modernos.