Redacción ESMERALDAS
En medio de un ambiente de incertidumbre, la población de Esmeraldas paraliza sus actividades para enterrar la tarde de este sábado 7 de abril de 2018 al marino Wilmer Álvarez Pimentel, cuarta víctima del ataque terrorista en pleno cumplimiento de una misión de patrullaje el anterior 20 de marzo en Mataje, cerca de la frontera con Colombia.
El militar mereció una despedida como un verdadero héroe entre llantos inconsolables y el dolor de sus familiares, amigos y compañeros de armas.
Esta jornada dolorosa tuvo momentos verdaderamente dramáticos cuando a las 14:40 nadie de las Fuerzas Armadas se comprometía oficialmente con los familiares del marino caído a facilitarle los buses para movilizar a los acompañantes al sepelio.
La incertidumbre empezó apoderarse de los dolientes y optaron por contratar un bus valorado en 60 dólares para que movilice desde la Isla Piedad, ribera del Esmeraldas donde está la casa del duelo hasta el cementerio ubicado a 12,6 km.
“La Fuerzas Armadas nos ha fallado en la logística. Ayer en el sepelio no nos ayudaron ni con las carpas, ni con las sillas ¡es el colmo! Hoy tampoco nos dan los buses”, reprochó un de los hermanos del militar que deja cuatro huérfanos de padre.
Afirma que el Ministro del Interior habló con él y se habría comprometido en la ayuda a la familia, pero en la práctica, unos de los uniformados encargados de la logística, no acataba tal compromiso ministerial. “Los militares solo han hecho sus cambios de guardia”
A la crítica se suma una de los amigos de Wilmer, quien cree que si ahora nos les ayudan, después tampoco lo harán con los familiares que pierden a quien ayudaba a proveer las necesidades del hogar, pero que ahora no está luego de perder la vida en una exposición activada por terroristas en Mataje, San Lorenzo.
En medio de los reclamos, justo a las 15:00, cuando empezaron a sacar el ataúd, uno los uniformados de alto rango, se acerca hablar con los parientes del fallecido y le asegura que ya se tiene listo dos buses grandes y dos busetas para el traslado de las cerca de 200 personas que estaba en el acompañamiento, pero los pide que no desistan del contrato que ya tenían con el bus particular que los esperará en las afuera de la Iglesia ‘La Merced’. (DLH)